En el marco de la flexibilización de las políticas de comercio exterior, cada vez más empresas están integrando productos de origen extranjero a su catálogo, siendo el rubro de la indumentaria uno de los que registra un mayor flujo de entrada. En este contexto, una importante cadena minorista de supermercados ha comenzado a vender prendas de la marca sueca H&M, ampliamente conocida por los consumidores argentinos que viajan a Norteamérica y Europa.
La cadena en cuestión es Coto, que inicialmente presentó una colección cápsula de verano enfocada en ropa de mujer. La estrategia de colaboración tiene potencial para expandirse, incluyendo vestimenta para hombres y niños. Además, existe la posibilidad de que la importación se amplíe a otros artículos, ya que H&M también comercializa productos de belleza y para el hogar.
Este movimiento responde a una táctica de diversificación de la oferta para adaptarse a la nueva tendencia de consumo, donde la demanda se orienta hacia marcas internacionales con precios asequibles.
Por el momento, estos artículos no están disponibles para la compra en el portal web del supermercado ni se encuentran en la totalidad de sus sucursales. Las bocas de venta que sí exhiben la novedad son las ubicadas en Abasto, Ciudadela, Nordelta, Tortugas, Moreno y Mar del Plata.
Competencia en precios y nuevas vías de acceso
Respecto a los valores, en ciertos casos, resultan ser más competitivos que los ofrecidos en los centros comerciales tradicionales o shoppings. El costo de las camisas ronda los $40.000, los pantalones tienen precios que inician en $46.000, y las remeras alcanzan un promedio de $20.000.
La introducción de etiquetas globales como H&M en los supermercados marca una innovación comercial, que facilita el acceso a vestimenta importada sin depender de los envíos tipo courier. Dicho sistema, vale destacar, experimentó un crecimiento interanual superior al 200% solo durante octubre, con Shein y Temu liderando el incremento.
El impacto en la Industria Textil local
Dada la apreciación del tipo de cambio y la desregulación del comercio exterior implementada por el Gobierno, este fenómeno era previsible. El sector textil figura entre los más perjudicados por esta dinámica, llevando a muchas plantas manufactureras a considerar el cierre ante la pérdida de competitividad.
En su más reciente informe, la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) alertó sobre la crisis en la actividad, la cual está provocando miles de despidos. La entidad destacó que entre enero y octubre de 2025, las importaciones de ropa crecieron 102% en dólares y 154% en volumen en comparación con el mismo lapso de 2024.
El volumen total de mercadería ingresada alcanzó las 31.232 toneladas, el registro más alto para dicho período. China fue el principal motor de este salto, con una cuota del 51% del total y ofreciendo precios unitarios más bajos. El costo promedio de los artículos importados descendió un 21% a causa de la mayor afluencia de productos económicos, lo que intensificó la presión competitiva sobre la producción nacional.
Coincidiendo con este escenario, otras marcas internacionales como Decathlon y Victoria’s Secret han desembarcado en el país, y se anticipa la llegada de otras firmas premium como Sandro, Maje y Farm Rio.