La confrontación entre el Gobierno Nacional y las centrales obreras alcanza un nuevo pico de intensidad este jueves 18 de diciembre. En una jornada de fuerte protesta social, la CGT liderará una columna hacia Plaza de Mayo para manifestar su oposición al plan de reforma laboral de Javier Milei, en paralelo a una huelga nacional convocada por ATE que promete paralizar la estructura del Estado.
La combinación de estas medidas de fuerza impactará directamente en la prestación de servicios públicos, en un marco de malestar gremial por la pérdida del poder de compra y los despidos en el sector estatal.
El Estado paralizado: ATE suspende actividades
El cese de tareas impulsado por la Asociación de Trabajadores del Estado afecta los tres niveles de gobierno (Nación, provincias y municipios). Durante la jornada, la mayoría de los ministerios y organismos públicos mantendrán sus puertas cerradas o funcionarán con esquemas de guardia mínima.
La dirigencia gremial exige una recomposición salarial urgente y se opone al ajuste del 10% en la dotación de personal. Al respecto, el secretario general del sindicato, Rodolfo Aguiar, fue tajante al afirmar que: “Es un chamuyo decir que con esta reforma se crea empleo”.
Un frente diverso: docentes, economía popular y repartidores
El alcance de la protesta se extiende más allá de las oficinas públicas. CTERA se ha sumado a la convocatoria, lo que condiciona la actividad en escuelas y universidades. También participarán la UTEP y el Sindicato de Trabajadores de Reparto por Aplicación (SiTraRepa). Estos últimos denunciaron que: “El gobierno nos quiere esclavos”, solicitando una huelga general para detener los cambios legislativos.
Impacto industrial y cronograma de las marchas
En el ámbito productivo, la Federación Aceitera (FTCIODyARA) inició un paro de 24 horas que afectará a las plantas procesadoras de granos.
La logística de las protestas se organizó de la siguiente manera:
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ATE: Concentra a las 13:00 en el cruce de Diagonal Norte y San Martín para dirigirse a la Plaza.
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CGT: Convocó directamente a las 15:00 frente a la Casa Rosada.
Desde la conducción de la CGT definieron el proyecto oficial como “un ataque directo a las y los trabajadores”, asegurando que la propuesta no busca el progreso sino el “ajuste y precarización”. Por su parte, Aguiar profundizó las críticas comparando la iniciativa con modelos laborales arcaicos, advirtiendo sobre el riesgo de retornar a jornadas de 12 horas o modalidades de pago extintas.