La crisis hídrica que afecta al partido bonaerense de 9 de Julio ya desbordó todos los límites de paciencia.
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Productores rurales, hartos de la falta de respuestas, tomaron la municipalidad para hacerle frente a la intendenta del PRO, María José Gentile.
La falta de acción ante la emergencia hídrica y la indiferencia mostrada por los funcionarios municipales desataron un verdadero grito de auxilio que se transformó en un fuerte reclamo.
La protesta, que tuvo lugar en la mañana de ayer, estuvo encabezada principalmente por productores y transportistas de la localidad de Carlos María Naón.
Protesta rural en 9 de Julio: productores piden una solución por las inundaciones
En medio de la tensión, un productor se mostró visiblemente ofuscado y lanzó una feroz acusación por su inacción. “Vos no podés estar donde estás. A Juan Pablo (por Boufflet) le quedó grande. Siguieron y no hicieron nada. Vamos a poner los huevos sobre la mesa, basta carajo, no jueguen con los seres humanos”, dijo el hombre, con rabia contenida, mientras se refería a la gestión local.
El clima de la protesta fue tan caliente como las acusaciones. Luego de ese arranque, el productor, dándole golpes a la mesa y mirando fijamente a los funcionarios municipales, sentenció: “Váyanse a la mierda, con todo respeto se los pido”.
Y, sin detenerse, continuó con sus reclamos, asegurando que los empleados del municipio “no hacen nada” y que “están todo el día tomando mate” mientras los productores pierden sus campos por la inacción de la intendencia.
El reclamo no se limitó solo a las acusaciones personales. Los manifestantes exigieron que el municipio intervenga con urgencia, solicitando reparaciones y saneamiento inmediato de los caminos rurales que quedaron intransitables por las intensas lluvias.
También pidieron obras de drenaje para evitar que los campos sigan inundándose y que la producción agrícola quede varada cada vez que caen precipitaciones.
A su vez, los productores y transportistas pidieron respuestas rápidas para que la campaña agrícola pueda continuar, permitiendo que la producción salga de los distritos afectados sin más demoras.
La protesta también fue un grito por la desesperación de las familias que permanecen aisladas por el agua, incapaces de salir de sus hogares y sin poder tomar ningún camino para trasladarse o acceder a servicios básicos.
