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Entradas Devendra Banhart Argentina Deseo 2026: cuándo y dónde comprarlas

Buenos Aires se prepara para una noche llena de folk, psicodelia y ritmos latinos con la llegada del compositor norteamericano.

Miércoles, 05 de noviembre de 2025 a las 17 51

Por Cristopher Martínez

Miércoles, 05 de noviembre de 2025 a las 17:51

Devendra Banhart, uno de los músicos y compositores más aclamados del movimiento “freak folk” y “New Weird America”, volverá a la Argentina en 2026.

El músico se presentará el viernes 13 de febrero en Deseo.

Las entradas se pondrán a la venta a partir del viernes 7 de febrero a las 10 de la mañana con todos los medios de pago. Los clientes Galicia Visa disponen de 6 cuotas sin interés. Todo en la web de Venti.

 

 

Una artista guiada por la introspección y la búsqueda espiritual

Cuando compone o escribe, se sumerge en un territorio íntimo y silencioso. Lo describe como un proceso doloroso pero necesario, una forma de enfrentarse a sí misma para poder crear. “Creo que cuando escribo, me escondo, me voy a un lugar donde no haya distracciones. Hay mucho sufrimiento en eso porque uno se tiene que mirar detenidamente y ahí es donde empieza el dolor. No salgo de ese lugar de aislamiento hasta que tenga algo que me parece digno de comunicar.” Esa necesidad de autenticidad define su identidad artística: “Las canciones son espejos que reflejan algo de vos que no sabías. Las canciones salen del inconsciente, pero en este disco me concentré en los personajes, tal vez sea yo cantándole a otra persona.

Su vínculo con la música latinoamericana está atravesado por la empatía y el compromiso social. “Algo está pasando en Venezuela mientras hablamos y siguen pasando cosas horribles, es como aguantar la respiración. Lo que trato es que la gente no olvide lo que está pasando. Tal vez no solucione el problema pero lo mínimo que puedo hacer para ayudar puede funcionar, así como donar un dólar en los conciertos. Si sos como yo, medio vago, todavía podés hacer algo para cambiar, y eso colectivamente provoca un gran movimiento.

El amor como búsqueda filosófica y creativa

El amor aparece en sus letras como un concepto en constante revisión. Lo aborda con ironía, ternura y profundidad. “Parece cómico ponerle a una canción ‘Love Song’. Tengo variedad de canciones de amor pero es cómico que en retrospectiva diga: ‘Suficiente, ya no necesitamos canciones de amor’, pero por otro lado seguramente tu canción favorita es de amor… y posiblemente la próxima de amor alguien la está escribiendo ahora.” Su reflexión va más allá de lo romántico: “Todavía se me sigue haciendo interesante. La cuestión es, ¿qué tipo de amor preferís? Uno pensaría que cambia con la edad, pero otros tal vez lo vean diferente dependiendo de lo posesivo que se vuelve uno. Creo que es el peor porque genera mucho dolor. El amor siempre tiene que ayudar a uno. Es algo esencial. Yo sigo sin saber nada del amor.

Aunque vive entre escenarios, mantiene una vida tranquila y contemplativa. “Yo siempre me sentí como una abuelita, la tía. Estoy feliz en una tinita con mis diez gatos, leyendo mis libros, tomando un té. Siempre me sentí así, desde que tenía 18 me siento bien así.

Espiritualidad y arte: dos caminos que se cruzan

Para ella, el arte y la espiritualidad no se separan. Son partes de una misma energía. “No hay mucha división entre la espiritualidad y el arte, más bien los dos se apoyan. Lo veo como una calle donde hay dos casas: una es el mundo físico y del arte, y la otra es el mundo de la metafísica, de la práctica espiritual. En realidad son la misma cosa. Una no puede existir sin la otra. Es muy importante integrar esas dos cosas.

Su método para reconectarse con lo esencial es sencillo, pero requiere disciplina. “Apagá tu teléfono, cerrá tu computadora, sentate, cerrá los ojos. Intentá apagar la mente, porque vas a ver que es más fácil decirlo que hacerlo. Es una cosa muy simple pero difícil de hacer. Ahí uno se empieza a conocer un poco más. Si yo me conozco mejor a mí, te conozco mejor a vos. Son cosas muy integrales.

Su proceso creativo nunca se detiene. “Todavía es interesante para mí, todavía es una exploración, una aventura. Cada vez que aprendo algo nuevo, pinto algo nuevo, escribo una letra nueva o un nuevo acorde, veo que siempre hay tanto por aprender, y tiene que ver no solo con tu identidad sino con todo lo que te hace perderte. ¿En qué te podés perder? Todos tenemos eso en lo que nos podemos perder, y muchas veces el mundo no quiere que hagamos eso.

Desde esa mirada sensible, entiende el arte como refugio y salvación. “Estas canciones tratan de la música y del arte mismo como una madre, algo a lo que sigo recurriendo después de casi cuarenta años de sentir miedo, inseguridad, soledad. Sigo volviendo al arte y a la música para aliviar eso, para sentirme más conectado con los seres humanos y conmigo mismo.

A medida que crece, encuentra alivio en la humildad y el desapego. “Con la edad llega el alivio de no tomarte tan en serio ni ser tan autocentrado. Ese es el punto: encontrar algo más grande que vos. Por eso la gente tiene hijos, porque da sentido y propósito. Pero también lo hacemos con nuestro trabajo, y por eso la religión puede ser un elemento increíble que nos mantiene vivos.

Su práctica budista marcó su evolución espiritual. “Tuve que salir de mi propio camino para hacer esa conexión. Salir del camino es muy difícil para nosotros. Una vez que podés hacerlo, podés empezar a verte en los demás. Tu amor se vuelve menos tribal. Se vuelve expansivo. Hace que la vida sea mucho más fácil.” Y lo expresa con una metáfora poderosa: “Si creés en la reencarnación, eso significa que en algún momento todos fueron tu madre y vos fuiste la madre de todos. Ese extraño en el subte fue tu mamá o vos fuiste la de él. Podés creerlo realmente o usarlo como una herramienta de compasión. Solo intentá pasar una hora de tu día imaginando que la persona que te corta en la calle alguna vez fue tu madre. Eso cambia la forma en que percibís a esa persona.

Incluso en la intensidad de las giras, encuentra serenidad. “Girar es realmente intenso y agotador. Manejás diez horas, cargás y descargás, hacés soundcheck, tratás de comer algo, ducharte, y de repente estás tocando. Es casi el único momento en el que podés relajarte, lo cual es muy raro.” Durante esos viajes, se aferra a la música espiritual de Alice Coltrane: “Solía escuchar todos los días Journey in Satchidananda. Últimamente escucho The Ecstatic Music of Alice Coltrane Turiyasangitananda. Es lo que me sostiene durante las giras. Cuando no estoy practicando explícitamente la meditación o el reconocimiento de la madre, Alice es... la cura.

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