Roberto Carlos Lange, más conocido por su nombre artístico, Helado Negro, regresará a la Argentina para dar un show en Buenos Aires.
El músico se presentará el martes 4 de noviembre en Niceto Club.
Las entradas ya están a la venta en la web de Passline en este enlace.
“Lo más importante es no repetir cosas, aunque se escuchen bien o hayan funcionado en el pasado.” Aunque reconoce que es fácil caer en eso, Helado Negro insiste en escaparse de la repetición para seguir explorando. “Cuando hago música, intento que no sea una obligación. Si no me nace, simplemente no lo hago.” No se trata de producir por producir simplemente: “No quiero hacer canciones sólo por llenar un disco.”
A su manera, propone una escucha que habilite lo imaginativo: “Mi música está hecha para que quien la escuche pueda imaginar, construir imágenes con sonidos.” Y lejos de buscar la obviedad, declara: “Me interesa el misterio en la música, no explicar todo lo que hay detrás.” Incluso en la forma, escapa de los extremos: “La música no siempre tiene que sonar fuerte o feliz para ser poderosa. A veces, el susurro es más contundente.”
Helado Negro no persigue la perfección, prefiere ser honesto: “No estoy buscando la perfección, quiero que la música sea honesta, incluso si eso significa mostrar mis defectos.” “Escribir es abrir el corazón, incluso si lo que sale no es bonito.” En este camino, el silencio también juega un rol creativo: “Me interesa mucho el silencio, como espacio creativo y como respuesta al ruido del mundo.”
Su identidad sonora y cultural es múltiple: “El español es un lugar donde mi voz se siente más emocional. En inglés siento que tengo más distancia.” “En mi casa se hablaba en inglés, español y spanglish. Así pienso, así canto.” Por no le gustan las etiquetas: “Nunca quise que me encasillen como artista latino que hace música para representar una cultura. Mi identidad es más compleja.”
Y en su universo, las emociones se mezclan. “Las emociones no existen solas. Para sentir alegría, hay que tener tristeza. Existen al mismo tiempo.” “Crecí viendo cómo la melancolía y la felicidad se tocaban todo el tiempo.”
