Una de las bandas de Death Metal Melódico más grandes del mundo, In Flames, regresa al país en el marco de su tour por Latinoamérica.
El conjunto se presentará el 19 de abril en el Teatro Flores.
Las entradas se pondrán a la venta a partir de mañana martes 16/12 a las 14 horas en la web de Passline en este enlace.
Del impacto de “Only For The Weak” al giro personal que cambió la historia de la band
Anders Fridén decía que Only For The Weak con el tiempo pasó a ocupar un lugar especial dentro de la historia de In Flames. “Tengo muchísimos recuerdos de esta canción”, contaba, y se detenía en uno puntual: un festival en Gotemburgo donde, apenas terminaron de tocarla, “empezaron a sonar las alarmas sísmicas del puente”. La escena condensaba el efecto físico y emocional del tema. Entre risas, Anders lo resumía sin vueltas: “Eso es lo que llamás una canción pesada”. Lejos de cualquier desgaste, agregaba: “Es extraño tener una canción tan poderosa, pero no me cansa en absoluto”, y explicaba por qué seguía funcionando: “Tiene un tono pesado, pero no es difícil de querer. Une a todo el mundo”.
Esa forma de mirar la canción se relacionaba con cómo la banda pensaba sus discos. In Flames aclaraba que nunca escribió temas buscando el impacto inmediato o el golpe fácil: “Nunca escribimos una canción para que la gente diga ‘¡bingo!’”. La idea siempre fue pensar el recorrido completo: “Intentamos escribir un álbum de principio a fin”, con canciones que cumplieran un rol claro dentro del conjunto. “Cada tema tiene que encajar dentro del disco”, decían, poniendo el acento en la dinámica y en la continuidad emocional. Esa manera de trabajar tomó forma a fines de los 90. Anders recordaba que con Colony la banda encontró una solidez nueva: “Estábamos extremadamente hambrientos y llenos de impulso”, empujados por la respuesta que recibieron con The Jester Race, Whoracle y Colony. Todo ese proceso, decía, “lo pusimos en una olla y salió algo genial”.
Con el paso del tiempo, Fridén empezó a ver esos discos como un bloque cerrado. “Jester Race, Whoracle y Colony eran una trilogía”, afirmaba. Para él, el recorrido estaba claro: “Jester Race es el antes, Whoracle es el medio y Colony es el después”. No quedaban flecos sueltos: “Ese es el final. No falta nada”. Justamente por eso apareció la necesidad de moverse de lugar. Anders reconocía que sentía urgencia por romper con lo anterior: “Quería cambiar de rumbo, y quería hacerlo fuerte”. Ya no le interesaban las temáticas fantásticas: “No puedo escribir sobre Dungeons & Dragons y guerras”, decía, y lo sintetizaba sin maquillaje: “Quiero escribir sobre algo de lo que sepa de verdad”.
Ese cambio tomó forma en Clayman, un disco atravesado por una dimensión más personal. Aunque la banda atravesaba un gran momento, Anders admitía que él estaba lejos de sentirse bien: “Aunque la banda tenía muchísimo impulso, yo no estaba bien”. Mientras In Flames avanzaba, su situación personal se desarmaba: “Mientras la banda estaba en racha, yo era un desastre”. Only For The Weak salió de ese lugar, como el retrato de una relación tóxica: “Ilustra el daño que dos personas pueden causarse deteriorando la salud mental del otro”. Las letras lo decían sin rodeos: “No puedo tolerar tu tristeza, porque soy yo en quien te estás ahogando”, o “Adoro y predico la locura que me diste”.
En lo musical, el tema también marcó un quiebre. Anders recordaba un trabajo de estudio complicado: “Fue una lucha enorme en el estudio”. Se trataba de una canción más abierta y lenta de lo habitual, algo nuevo para él: “Yo estaba acostumbrado a meter la mayor cantidad de palabras posibles en una letra”. Acá pasaba otra cosa: “El canto formaba parte de la melodía de otra manera”. Con el tiempo, entendió que Only For The Weak funcionó como un punto de transición en la carrera del grupo: “Se siente como un momento intermedio entre nuestra etapa vieja y lo que somos ahora”. Además, formaba parte del disco que les dio mayor exposición: “Eso nos dio la confianza para empezar a mezclar géneros”.
Años después, la reedición del álbum no respondió a la idea de corregir nada. Anders dijo “No es porque queramos hacer la canción mejor, esto es simplemente para divertirnos y celebrar que el álbum cumple 20 años”. Esa postura dialogaba con la mirada de Björn Gelotte, que siempre puso el proceso por delante de cualquier validación externa: “Hacemos música para nosotros. No somos una banda de covers. No somos una banda de radio”. El trabajo estaba hecho con compromiso: “Le metimos horas, invertimos en el álbum y dimos lo mejor que pudimos”.
