El Festival de Cannes continúa su rumbo y en el día de ayer la película que llamó la atención fue una basada en un libro escrito por una argentina.
"Muere. mi amor" ("Die, My Love"), es el film basado en la novela de Ariana Harwicz que se llevó 9 minutos de ovación de pie tras su proyección en el festival.
La historia fue llevada al cine y es dirigida por Lynne Ramsay ("Ratcatcher", "You Were Never Really Here", "We Need to Talk About Kevin") y protagonizada por Jennifer Lawrence y Robert Pattinson. "Jennifer Lawrence se vuelve completamente salvaje en el intenso y agotador frenesí psicosexual posparto de Lynne Ramsay" expresa una de los primeros comentarios sobre el largometraje. "Ramsay ha convertido un material que podría resultar familiar en algo que baila constantemente al borde de la realidad, sumergiéndote en la psicosis de Grace, la mujer que Lawrence interpreta tan maravillosamente" detalla otra crítica.
La película aún no tiene fecha de estreno a nivel comercial aunque se espera que llegue a los cines de todo el mundo en la segunda mitad del 2025.
Jennifer Lawrence y la influencia de ser madre en sus películas
La maternidad transformó a Jennifer Lawrence en todos los planos posibles: emocional, personal y creativo. Lejos de construir un discurso distante o idealizado, la actriz compartió reflexiones profundas sobre el impacto que tuvo ser madre en su vida y su carrera.
“Tener hijos lo cambia todo. Cambia toda tu vida. Es brutal e increíble. No solo influyen en cada decisión sobre si trabajo, dónde trabajo, cuándo trabajo... Me enseñaron... No sabía que podía sentir tanto.” Con una honestidad conmovedora, Lawrence reconoce que su sensibilidad se amplificó al convertirse en madre, afectando incluso su vínculo con el oficio actoral.
“Mi trabajo tiene mucho que ver con la emoción, y ellos me abrieron el mundo. Es casi como sentirme como una ampolla o algo así. Tan sensible. Así que han cambiado mi vida, obviamente para mejor, y me han cambiado creativamente.” Esta apertura emocional no solo la expuso más como artista, también la volvió más permeable a los personajes que interpreta.
Al referirse al rodaje de un proyecto especialmente demandante desde lo emocional, Jennifer confesó: “Como madre, fue realmente difícil separar lo que yo haría en lugar de lo que ella haría. Y fue simplemente desgarrador... Acababa de tener a mi primogénito, y no hay nada realmente como el posparto. Es extremadamente aislante. Ella no tiene una comunidad. No tiene a su gente. Pero la verdad es que la ansiedad extrema y la depresión extrema son aislantes sin importar dónde estés. Te sentís como un alienígena.”
A pesar de lo desafiante del proceso, encuentra en la maternidad una potencia artística que antes no había conocido. Por eso, no duda en afirmar con ironía pero también con convicción: “Recomiendo encarecidamente tener hijos si quieres ser actor.”
