Tall Juan, el músico argentino que se encuentra viviendo en Nueva York, vuelve a su país y hará un recital próximamente en Buenos Aires.
El compositor se presentará el viernes 21 de noviembre en Niceto Club Lado B (Humboldt 1358).
Las entradas ya están a la venta en la web de Passline en este enlace.
Juan Cruz Zaballa, más conocido como Tall Juan, nació en San Antonio de Padua y construyó su propio recorrido lejos del lugar donde creció.
Su salida de la Argentina se dio por motivos personales, pero nunca como una despedida completa. “Primero porque tuve que dejar Buenos Aires y Argentina, no es que haya querido dejar Padua. Y también un poco porque ahí es donde crecí y pasé gran parte de mi vida, ahí vive casi toda mi familia. Mi naturaleza me llevó a viajar y a elegir mi propio camino”. Ese impulso, mezclado con una curiosidad musical constante, lo llevó a grabar en cuartos prestados, convivir con artistas, experimentar y abrirse paso en distintas escenas. No por nada Página 12 lo describió como “el argentino mejor rankeado en la escena indie estadounidense”.
En sus primeros años en Nueva York, la figura de Mac DeMarco funcionó como un empujón vital. “Con Mac realmente no trabajamos mucho. Él vivía conmigo y me ayudó a grabar mis primeros sencillos, ya que le gusta grabar y ayudar a sus amigos con sus proyectos”. Esa relación se transformó en música con el single “Talking to Myself”, que nació desde un lugar íntimo: “En esos momentos en los que apenas lográs levantarte de la cama y necesitás el apoyo de tus amigos, es fácil quedar atrapado en tus propios pensamientos, convenciéndote de que nadie quiere escuchar sobre tus problemas”. Para completar ese gesto de vulnerabilidad compartida, decidió sumar a Mac nuevamente: “Para esta canción, necesitaba un amigo que cantara conmigo y creara un diálogo a través de la música. Contacté a mi amigo Mac y cantar juntos ayudó a dar vida a todo el concepto”.
También desarrolló lazos creativos con otros proyectos, pero siempre desde la sinceridad y no tanto desde la exigencia. Sobre su relación con María Eva Albistur, definió: “La amistad es lo que salvó mi relación con ella, más que lo musical, porque tocamos shows en vivo juntos, pero nunca escribimos música o grabamos”. Con la Orquesta Metafísica, en cambio, dejó un aporte puntual: “Él grabó varios pianos en mi nuevo disco: Atlántico”. Y su entrada al circuito europeo también llegó por una conexión artística que se dio sola: “Cuando llegué a Nueva York, ella me invitó a Europa para tocar en unos shows. Yo dije que sí sin pensarlo y ese viaje fue mi primero por el viejo continente. ¡Fue muy especial! … Recuerdo el concierto que hicimos en el Lewes Psychodelic Festival, fue muy divertido”.
Tall Juan completó giras por Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, y su vínculo con músicos, productores y escenas diversas terminó dándole la libertad creativa que buscaba desde el comienzo: “La verdad es que me ayudó a salir de tocar música sólo en mi vecindario. Me dio entrenamiento como músico y también me mostró que me estaba faltando algo como artista: la libertad musical y creativa”. En definitiva, su historia sigue corriendo por un carril propio, sin fórmulas ni pretensiones exageradas, sostenida por amistades, movimiento y una identidad que se rehace en cada disco, en cada viaje y en cada encuentro.
