Desde el lanzamiento de "Glow On", la banda de Baltimore, Turnstile, no para de revolucionar el concepto de hardcore y la unión con su público como eje central de su música.
Tras lanzar su último disco de estudio, "Never Enough", llenarse de elogios por todos lados, anunciar su participación en los Lollapalooza Argentina, Brasil y Chile, ahora el conjunto compartió lo que fue su tan esperado segundo Tiny Desk.
En esta oportunidad, Brendan Yates, el bajista Franz Lyons, el baterista Daniel Fang y los guitarristas Pat McCrory y Meg Mills contaron con público de verdad y lo aprovecharon al máximo realizando el primer pogo en la historia de este formato mientras ejecutaban "Birds", uno de los tracks de su nuevo álbum.
La música como universo y la comunidad como refugio
Brendan Yates habló sobre cómo la música, la comunidad y las experiencias personales se entrelazan en su último proyecto. El cantante describe la sensación que atravesó durante la composición: “Estaba pensando en el paso del tiempo, cómo las cosas cambian y permanecen igual, y en la idea de este universo infinito a tu alrededor, y cómo eso puede hacerte sentir solo o parte de algo realmente grande. Cada canción va a un universo diferente, pero quería que todas formaran parte de un universo colectivo.”
Creció dentro de la escena hardcore, y eso moldeó su concepto de comunidad: “Cuando pienso en comunidad, no solo pienso en grandes eventos. Pienso en shows hardcore donde, aunque vayas solo, hay un entendimiento tácito: ‘Podés estar acá y pertenecés’. No hace falta ser el mejor hablante o el más social; la comunidad te permite mostrarte, quedarte atrás del salón y aun así sentirte reconfortado por la música y por formar parte de algo más grande que cualquier persona: una energía que todos comparten.”
El músico conectó esas experiencias con los temas del álbum: “Sentí algo parecido a lo que describís. Creó una sensación extraña de calma, paz y reflexión. Y casi hipervigilancia: normalmente uno entra en un estado de sueño, pero esta vez me sentí muy presente. Suena traumático, y lo fue en cierto modo, pero lo conecto con los temas del disco: sentirse una mota en un universo masivo, ese cambio de perspectiva. Voy a llevar eso conmigo toda la vida, aplicándolo a situaciones de soledad, desamparo y duelo. Hay confort al alejarse de preocuparse por cada detalle y ser solo una mota. Como decir: ‘Dejá que respire, porque nada más importa’.”
Para Yates, la música también es aprendizaje y exploración: “Con esta banda aprendés qué te gusta y hacia qué te atrae, y seguís eso, cambiando siempre. No hace falta ser un músico increíble para estar en la habitación, solo importa estar y emocionarte por hacer algo.”
Recuerdos y la construcción de un sonido propio
El vínculo con la música comenzó con objetos sencillos: “Esto es muy importante para mí. Es un Sony CFS-B11 ‘Radio Cassette-Corder’, un reproductor con radio AM/FM. Lo recibí de chico y grababa canciones de la radio obsesivamente. Hice cientos de mixtapes y sabía qué canción estaba en cada cinta. Sigue siendo mi reproductor principal.”
Sobre la intensidad de la música hardcore: “Puede ser sobre duelo, tristeza, ira, felicidad, alegría, triunfo. Siempre hace sentir bien. La agresión y la intensidad son una manera saludable de procesar sentimientos que todos tenemos; si no, podrían salir de forma más destructiva.”
