El éxodo de turistas argentinos al exterior no para. En junio, más de 1.2 millones de residentes salieron del país, superando ampliamente los ingresos de visitantes no residentes (542 mil), lo que dejó un saldo negativo de casi 677 mil personas, según el informe que publicó este lunes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
De la mano de esta tendencia, el turismo emisivo (argentinos saliendo) se llevó la mayor parte de la torta: de esos 1.2 millones de viajeros, 643 mil fueron turistas y 575 mil excursionistas. El 61% de ellos eligió países limítrofes, con Brasil (19.1%) y Chile (16.3%) a la cabeza. La mayoría (57%) optó por la vía aérea para cruzar la frontera.
Mientras tanto, el turismo receptivo (extranjeros llegando) fue menor: 318 mil turistas y 223 mil excursionistas. El 71.7% de quienes visitaron Argentina llegaron de países vecinos, destacándose Brasil (27.6%), Uruguay (20.3%) y Chile (11.2%). La vía aérea fue también la más utilizada por ellos (51.5%).
La plata se fue afuera: más de 557 millones de dólares en gastos
Este "boom" de salidas se tradujo en un fuerte impacto económico: el gasto total del turismo emisivo superó los 557 millones de dólares, con un gasto diario promedio de casi 100 dólares por persona. Los destinos donde más se gastó por día fueron Estados Unidos y Canadá, con un promedio de 121 dólares.
En contraste, el gasto de los turistas que llegaron al país fue considerablemente menor, alcanzando los 196.8 millones de dólares, con un gasto diario promedio de 91.8 dólares. En este caso, los brasileños fueron quienes más gastaron por día, con casi 120 dólares.
Crisis total en el sector turístico: baja ocupación hotelera y despidos en plena temporada invernal
El sector hotelero argentino atraviesa uno de sus momentos más críticos en años. En plena temporada alta invernal, la ocupación promedio a nivel nacional no logra superar el 50%, y los niveles de reservas se encuentran hasta un 40% por debajo de los registrados el año pasado. Para intentar mitigar el impacto, la mayoría de los establecimientos ha optado por congelar tarifas y lanzar promociones, aunque estas medidas no logran revertir la alarmante tendencia.
Según datos de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), el sector está perdiendo un promedio de 10 puestos de trabajo por día. Esta sangría laboral se concentra principalmente en destinos del interior del país, donde la baja ocupación no alcanza a cubrir los costos operativos, llevando a los hoteles a operar por debajo del umbral de rentabilidad. Las regiones más afectadas son el Norte, Cuyo, la Patagonia y el Litoral, pero incluso en grandes centros urbanos como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la situación es motivo de profunda preocupación.
Turismo Doméstico en Retracción y Impacto en el Consumo
El turismo doméstico, que históricamente ha sido el pilar de la actividad, también muestra signos de crisis. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que durante los dos fines de semana largos de junio, la cantidad de personas que viajaron se redujo en un 16,6% en comparación con el mismo período de 2023. El gasto total, en términos reales, sufrió una caída aún más pronunciada del 27,9%. Esta marcada retracción, en un contexto de caída generalizada del consumo, refleja directamente la menor capacidad de gasto de los hogares argentinos para actividades recreativas.
En diversas localidades turísticas, los operadores hoteleros han confirmado que las ocupaciones están muy por debajo de las expectativas iniciales. Algunos hoteles han tomado la drástica decisión de cerrar temporalmente sus puertas o reducir su oferta de habitaciones para intentar contener los costos operativos. En CABA, las estimaciones privadas indican que la caída en las reservas de hoteles de tres y cuatro estrellas ya alcanza el 30%.
Desafío Laboral y Financiero: "Pérdidas Insostenibles"
Sergio Abalo, gerente general de CT Hoteles, brindó una perspectiva cruda sobre el impacto en los recursos humanos y la sostenibilidad del negocio. "La tendencia en destinos como Iguazú indica una pérdida de entre el 30% y 40% de los puestos relacionados al servicio. Las ocupaciones son bajas, las tarifas están por debajo de las del año anterior y los costos aumentaron. En nuestro caso hicimos lo posible por sostener las fuentes de trabajo, porque cuesta mucho volver a formar personal calificado", explicó Abalo, subrayando el esfuerzo por mantener la plantilla a pesar de las adversidades.
Con una temporada baja "muy marcada" en mayo y junio, y una temporada de vacaciones de invierno que "no es la esperada como en otros años", Abalo afirmó que las pérdidas se han vuelto "insostenibles para hoteles con tarifas bajas y ocupación mínima". Los costos de la materia prima, los servicios esenciales, los impuestos y los salarios se han disparado. "Muchos establecimientos no pueden sostener sus estructuras, ni siquiera con promociones activas", lamentó el ejecutivo, describiendo la delicada situación financiera.