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Preocupación en Venezuela por la llegada a las aguas del Caribe del mayor portaviones norteamericano

Estados Unidos concretó el mayor despliegue militar en Latinoamérica en décadas con la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe, intensificando la presión contra Nicolás Maduro. Aunque la Casa Blanca insiste en que se trata de una operación antidrogas, el mensaje de intimidación es claro. 

Domingo, 16 de noviembre de 2025 a las 23 26

Por Redacción

Domingo, 16 de noviembre de 2025 a las 23:26

La embarcación de guerra más sofisticada de los Estados Unidos recaló en el Mar Caribe este domingo, en lo que constituye una poderosa demostración de fuerza militar en latinoamérica, en medio de las tensiones con Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro.

El arribo del USS Gerald R. Ford fue comunicado por el ejército estadounidense mediante un comunicado de prensa, marcando un hito en lo que, según la administración Trump, es una operación de lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, esta maniobra fue interpretada como una táctica de presión creciente dirigida al presidente venezolano Nicolás Maduro. Desde comienzos de septiembre, el gobierno de Trump ha provocado la muerte de al menos 80 personas en 20 incidentes al atacar pequeñas naves acusadas de tráfico de drogas en el Caribe y la zona oriental del Océano Pacífico.

La inclusión del portaaviones Ford culmina el mayor despliegue de capacidad militar de EE. UU. en la región en varias generaciones. El total de efectivos militares se eleva a cerca de 12.000 soldados distribuidos en casi una docena de buques de la Marina en lo que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha bautizó como la "Operación Lanza del Sur".

El grupo de ataque del Ford, compuesto por escuadrones de cazas y destructores equipados con misiles guiados, cruzó el Paso de Anegada, cercano a las Islas Vírgenes Británicas, durante la mañana del domingo, según informó la Marina.

El contralmirante Paul Lanzilotta, al mando del grupo de ataque, declaró que su presencia robustecerá una fuerza naval con la misión de "proteger la seguridad y prosperidad de nuestra nación contra el narcoterrorismo en el Hemisferio Occidental".

Narcoterrorismo: el supuesto objetivo

Si bien la administración ha insistido en que el foco de este despliegue es frenar el flujo de drogas ilegales hacia Estados Unidos, no presentó pruebas que sustenten su afirmación de que las personas fallecidas en las embarcaciones fueran "narcoterroristas". Trump ha adelantado que la intervención militar superará los ataques marítimos, indicando que Estados Unidos "detendrá las drogas que entran por tierra".

Estados Unidos ha recurrido históricamente al uso de portaaviones como herramienta de presión y disuasión ante la agresión de otras naciones, dada su capacidad aérea para alcanzar objetivos en el interior de otro territorio. Algunos analistas sugieren que el Ford no es el recurso más idóneo para combatir cárteles, pero lo consideran un instrumento de intimidación altamente efectivo contra Maduro.

El secretario de Estado, Marco Rubio, ha manifestado que Estados Unidos no reconoce a Maduro —quien fue objeto de amplias denuncias de fraude en las elecciones del año pasado— como el líder legítimo de Venezuela. Rubio ha descrito al gobierno venezolano como una "organización de transbordo" que colabora abiertamente con traficantes de drogas.

Maduro, por su parte, quien enfrenta cargos de narcoterrorismo en Estados Unidos, ha acusado al gobierno norteamericano de estar "fabricando" una guerra en su contra. Recientemente, su administración promovió una movilización de fuerzas armadas y civiles para preparar una defensa ante posibles ataques estadounidenses.

Trump ha justificado los ataques a las embarcaciones de drogas argumentando que Estados Unidos se encuentra en "conflicto armado" con los cárteles, mientras mantiene la postura de que dichas naves son operadas por organizaciones terroristas extranjeras.

La Casa Blanca ha enfrentado la oposición de diversos líderes regionales, del jefe de derechos humanos de la ONU y de legisladores estadounidenses, incluidos miembros del partido Republicano, quienes han exigido más información sobre la identidad de las víctimas de los ataques y el fundamento legal para la ofensiva contra las embarcaciones.

A pesar de la controversia, los senadores republicanos votaron en fecha reciente en contra de una legislación que habría limitado la potestad de Trump para ordenar un ataque contra Venezuela sin previa autorización del Congreso.

Los expertos debaten si los aviones de combate estadounidenses están facultados para atacar objetivos terrestres dentro de Venezuela. En cualquier caso, el buque de guerra de 100.000 toneladas está transmitiendo un mensaje claro.

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