Con un estadio que empujó desde el primer minuto, el equipo de Eduardo Domínguez mostró carácter, y se quedó con una victoria clave que alimenta la esperanza de clasificar a octavos.
El gol, que llegó gracias a la insistencia, y algo de fortuna, tuvo como protagonista a Guido Carrillo, quien encontró el tanto tras un remate que se desvió en un defensor y descolocó al arquero brasileño. Fue la recompensa a un primer tiempo donde el Pincha dominó con intensidad, presión alta y varias jugadas de peligro desde las bandas.
Ya en el complemento, Estudiantes no bajó el ritmo. Siguió buscando, defendió con solidez y hasta estuvo cerca de ampliar la ventaja con un disparo del uruguayo Gabriel Neves que rozó el palo. El arquero rival, John, impidió que el resultado fuera más abultado con una intervención espectacular.
Pero más allá del marcador, el gran triunfo en casa dejó algo más importante: confianza. Estudiantes quedó segundo en la tabla con 6 puntos, apenas uno por detrás del líder Universidad de Chile, a quien enfrentará el 7 de mayo en un cruce que puede marcar el rumbo del grupo.
La Copa sigue su curso, y Estudiantes pisa firme. Con su gente, con su historia y con un plantel que muestra entrega, el sueño está más vivo que nunca. En La Plata se respira Libertadores, y el León ya mira con ilusión hacia lo que viene.