Tras igualar 1-1 ante Aldosivi y caer en los penales en Florencio Varela, el equipo no solo quedó fuera del certamen, sino también ingresó en un clima de incertidumbre total: Eduardo Domínguez, visiblemente molesto, dejó entrever que analiza su continuidad.
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El "Pincha" arrancó mejor, con movilidad, intensidad y el gol de Alexis Castro que adelantó al equipo a los 16 minutos. Sin embargo, la ventaja se diluyó rápidamente. Una transición mal defendida y un cierre apurado de Iacovich permitieron el empate de Justo Giani. A partir de allí, el desconcierto.
La primera parte terminó con dos jugadores lesionados (Núñez y Neves) y un equipo que perdió el control del juego. En el complemento, el nivel cayó aún más. Estudiantes no logró imponer condiciones, quedó desbalanceado, sufrió expulsiones (Palacios vio la roja por agresión) y terminó resistiendo para llegar a la tanda de penales. Desde los doce pasos, fallaron Castro y Arzamendia. Iacovich no atajó ninguno. Aldosivi, sin errores, avanzó.
El sabor amargo se transformó en preocupación cuando Domínguez, en conferencia, deslizó su posible salida: “Antes de hablar con Angeleri sobre refuerzos, tengo que pensar si sigo o no. Pasaron cosas que no me gustaron”. La frase, tan inesperada como contundente, sembró dudas sobre el futuro del proyecto.
Más allá de tener contrato vigente, el entrenador ya había mostrado señales de desgaste. “Hoy erramos dos pases y nos tensionamos. Dejamos de jugar”, explicó, en un diagnóstico duro sobre el rendimiento y la fragilidad anímica del equipo.
“No fue un torneo bueno, pero tampoco malo. La Libertadores fue buena. La Copa Argentina fue mala”, resumió Domínguez, mezclando bronca y decepción.
La tardanza en su llegada a la conferencia (incluso habló antes el DT de Aldosivi) y su tono apagado terminaron de confirmar que algo se rompió. Estudiantes perdió un partido, pero sobre todo, perdió rumbo. Y el ciclo del DT, exitoso en sus comienzos, hoy pende de un hilo.
