Cada 24 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Esquizofrenia, una fecha destinada a visibilizar esta enfermedad mental, promover la comprensión pública y derribar prejuicios profundamente arraigados. Aunque afecta aproximadamente al 1% de la población mundial, sigue siendo un trastorno ampliamente desconocido o malinterpretado por gran parte de la sociedad.
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¿Qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia es un trastorno mental grave y crónico que incide directamente en la manera en que una persona piensa, siente, percibe la realidad y se comporta. Generalmente se manifiesta en la adolescencia o en la adultez temprana, y en la mayoría de los casos tiene un curso de por vida.
A pesar de su complejidad, el pronóstico puede ser favorable si se accede a un tratamiento integral, oportuno y sostenido que combine abordajes farmacológicos y psicosociales. Estos permiten reducir los síntomas, prevenir recaídas y favorecer la reintegración social y funcional de quienes la padecen.
Síntomas y manifestaciones
Las personas con esquizofrenia pueden experimentar:
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Alucinaciones, como escuchar voces inexistentes.
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Delirios, como creer que otros controlan sus pensamientos o quieren hacerles daño.
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Lenguaje y conductas desorganizadas o extrañas.
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Pérdida de contacto con la realidad, lo que puede dificultar que reconozcan la enfermedad y acepten recibir tratamiento.
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Episodios de aislamiento, agitación o recelo, que pueden generar desconcierto o temor en su entorno.
Estos síntomas, muchas veces incomprendidos, pueden provocar que quienes conviven con la enfermedad sean percibidos como personas extrañas o incluso peligrosas, contribuyendo al estigma y a su marginación.
La importancia del tratamiento y el apoyo
Se estima que más del 50% de las personas con esquizofrenia no recibe tratamiento adecuado a nivel global. Sin embargo, el acceso a un tratamiento continuo y de calidad puede marcar la diferencia en la calidad de vida. Además, la psicoeducación a los familiares resulta clave para prevenir recaídas y fomentar una red de apoyo efectiva.
Más allá del tratamiento clínico, asegurar acceso a vivienda digna, inclusión laboral, oportunidades recreativas y soporte comunitario son medidas fundamentales para acompañar el proceso de recuperación y mejorar el bienestar general de quienes conviven con este diagnóstico.
Lucha contra el estigma
Las personas con esquizofrenia suelen enfrentar estigmatización, discriminación y vulneración de derechos humanos, lo que agrava su situación. Por ello, reconocer esta enfermedad y promover su aceptación social no solo es un acto de empatía, sino también un paso esencial para restituir derechos y fomentar la inclusión.
Una fecha para reflexionar
En este Día Mundial de la Esquizofrenia, es fundamental recordar que la comprensión, la información precisa y el acompañamiento pueden transformar la vida de quienes viven con esta condición. La salud mental es un derecho, y como sociedad, tenemos la responsabilidad de garantizar que nadie quede excluido.
Los datos y conceptos se desprenden de una entrevista brndada por Ricardo Corral, médico psiquiatra, docente e investigador universitario en los niveles de Grado y Posgrado. Y presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras
