Mientras el Gobierno argentino presenta con entusiasmo el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”, el proyecto de blanqueo fiscal que impulsa la gestión de Javier Milei y Luis Caputo comienza a despertar inquietudes más allá de las fronteras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó este jueves una advertencia que expone las tensiones entre la propuesta oficial y los compromisos internacionales asumidos en materia de transparencia financiera.
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Durante su conferencia de prensa habitual, la vocera del organismo, Julie Kozack, afirmó que el FMI sigue “muy de cerca” las novedades en torno al nuevo blanqueo y que analizarán la medida “a su debido tiempo”. Sin embargo, dejó una observación categórica que fue leída como una advertencia directa:
“Cualquier nueva medida, incluso aquellas que busquen fomentar el uso de activos no declarados, debe ser coherente con los compromisos internacionales en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo”.
El comentario no fue aislado ni menor. Kozack recordó que Argentina firmó un compromiso explícito para alinear su marco normativo con los estándares globales en estas áreas. De hecho, el propio acuerdo técnico (staff-level agreement) firmado en abril por el Gobierno y el FMI subraya la importancia de reforzar los controles antilavado como condición clave para la viabilidad de la reforma económica en curso.
Lo paradójico es que estas declaraciones se conocieron pocos minutos antes de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, y el ministro Luis Caputo presentaran formalmente el blanqueo en una conferencia desde Casa Rosada. Bajo la narrativa libertaria, el plan fue planteado como una forma de “reparar el daño causado por el Estado a los ahorristas”, apuntando a incorporar fondos no declarados sin penalización.
Sin embargo, las señales del FMI sugieren que esta estrategia podría poner en riesgo la credibilidad financiera del país, si no se implementa bajo parámetros estrictos. El propio sitio oficial del organismo advierte que los blanqueos mal diseñados pueden generar consecuencias graves:
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Entrada de capitales especulativos y desestabilizadores
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Crisis bancarias
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Fallas en la recaudación fiscal
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Déficits en la gobernanza
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Pérdida de relaciones financieras internacionales
Aunque el Fondo ha elogiado públicamente el rumbo económico general adoptado por la administración Milei, este episodio deja en claro que no todo el camino está libre de tensiones. Incluso en los organismos multilaterales que el Presidente toma como aliados, comienzan a encenderse alertas sobre los efectos colaterales de algunas decisiones clave.
