El mercado laboral en la provincia de Buenos Aires atraviesa una etapa crítica, con señales de retroceso sostenido que afectan especialmente a los sectores más vulnerables. Según datos del primer trimestre de 2025, la tasa de desocupación se ubicó en el 9,3%, lo que representa un aumento de 1,3 puntos porcentuales respecto al mismo período de 2023. Así lo informó el Ministerio de Economía bonaerense, que advirtió sobre el impacto particularmente severo en los grandes centros urbanos y en la población joven y femenina.
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Detrás de estos números hay una realidad concreta: el modelo económico que impulsa el gobierno nacional no genera empleo, lo destruye. El ajuste permanente, la recesión inducida y el desmantelamiento de políticas públicas orientadas al trabajo están profundizando la exclusión. Mientras se celebran supuestos “equilibrios macroeconómicos”, la economía real -la que se vive en los barrios, en las fábricas, en los comercios- se desangra lentamente.
“El desempleo ha empeorado para todos los grupos etarios y ambos sexos”, afirmó el ministro Pablo López. El desagregado territorial muestra que la situación es aún más grave en las zonas de mayor concentración poblacional: en el conurbano bonaerense, la desocupación alcanza el 9,7%; en el Gran La Plata, el 8,7%; y en Mar del Plata, el 6,0%. Todas estas cifras superan ampliamente las del año anterior, lo que indica que el deterioro no es coyuntural, sino estructural.
Pero el dato más alarmante emerge al observar lo que sucede entre jóvenes y mujeres: la tasa de desocupación entre las mujeres menores de 29 años trepó al 22,7%, y entre los varones jóvenes, al 17,6%. En ambos casos, se registra un crecimiento abrupto frente a 2023. “En línea con las cifras nacionales, en la provincia los más golpeados son la juventud y las mujeres”, enfatizó López, dando cuenta de un patrón de exclusión que se profundiza.
Además del aumento del desempleo abierto, el informe advierte sobre fenómenos igualmente preocupantes: crecen la subocupación, la informalidad y el trabajo por cuenta propia como única alternativa frente a la desaparición del empleo asalariado formal. En palabras del ministro, esto configura un “deterioro multidimensional del mercado laboral”.
La política de ajuste del gobierno nacional no es neutral: tiene consecuencias directas sobre la vida de millones de argentinos. Las cifras de la provincia de Buenos Aires son el reflejo de un modelo que excluye, precariza y expulsa. Y mientras el Estado nacional se retira, el empleo digno se vuelve un privilegio cada vez más lejano.
