Mientras Javier Milei visitaba fugazmente La Matanza para sacarse una foto con candidatos del PRO y de La Libertad Avanza, Axel Kicillof caminaba los barrios, inauguraba escuelas, firmaba convenios, entregaba escrituras y recorría obras en ejecución. Dos formas de hacer política. Dos proyectos de país.
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El gobernador bonaerense encabezó este jueves un acto de gestión y contenido político en el distrito más poblado de la provincia: inauguró la Escuela Primaria N°218 en el barrio Arlt, que demandó una inversión de $401 millones y recibirá a 360 estudiantes. A pocos metros, recorrió las obras integrales de repavimentación y urbanización del barrio Sarmiento, y firmó un convenio por más de $5.900 millones para mejoras en el barrio 17 de Marzo. También entregó 430 escrituras a familias que esperaban, en algunos casos hace décadas, el título de propiedad de sus viviendas.
“Mientras algunos vienen a La Matanza solo para posar frente a una pancarta provocadora, nosotros venimos a construir derechos”, señaló Kicillof. “Milei no camina estos barrios porque se encontraría con la verdad: fábricas cerradas, comercios vacíos, vecinos angustiados. Pero si no se lo podemos decir en persona, se lo vamos a decir con el voto el 7 de septiembre, con la boleta de Fuerza Patria”, agregó.
Horas antes, el presidente Milei había aparecido en Villa Celina junto a sus candidatos, en el lanzamiento de la campaña electoral. La foto que eligió dejó un mensaje: se paró frente a una bandera con la frase “kirchnerismo nunca más”, donde el “nunca más” imitaba el logotipo del informe de la CONADEP. El gesto fue repudiado por amplios sectores por banalizar el símbolo más potente del reclamo por Memoria, Verdad y Justicia, en línea con el discurso negacionista que ha sostenido su gobierno desde el inicio.
La vicegobernadora Verónica Magario fue clara: “Hay que elegir de qué lado se está. Nosotros vamos a estar siempre con quienes más lo necesitan. No se gobierna frenando obras, se gobierna invirtiendo en las necesidades reales del pueblo”.
Fernando Espinoza, intendente local, definió la entrega de escrituras como “un acto de reparación social”, mientras que el ministro Andrés Larroque remarcó que estos derechos “no son dádivas, son conquistas de la comunidad organizada”.
En plena campaña, la postal fue elocuente: mientras unos agitan eslóganes de odio, otros abren escuelas y pavimentan calles.
