El PRO decidió retirarse por completo de las tareas de fiscalización en los comicios que se llevarán a cabo en La Matanza, el municipio de mayor densidad poblacional de la Provincia de Buenos Aires. Esta decisión deja un panorama complicado para La Libertad Avanza (LLA) a escasos cinco días de las elecciones legislativas.
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Fuentes internas del partido en La Matanza indicaron que el PRO dio de baja a los aproximadamente 1.000 fiscalizadores que tenía comprometidos en la zona, alegando supuestas irregularidades en el manejo de los recursos destinados a la fiscalización en dicho distrito.
La agrupación fundada por Mauricio Macri había puesto a disposición su base de militantes para supervisar las urnas. Sin embargo, referentes de La Libertad Avanza rechazaron la propuesta y los marginaron del proceso de organización. La respuesta fue un portazo: "Si no quieren que colaboremos, no colaboramos".
En el sector del macrismo existe la preocupación de que se repita la situación ocurrida el 7 de septiembre, fecha en la que, según su versión, se registraron graves fallas en el control de mesas: ausencia de personal de fiscalización en muchos centros de votación y una total falta de transparencia respecto al uso de los fondos.
El referente del PRO en La Matanza es Alejandro Finocchiaro, diputado actual que busca la reelección el domingo como parte de la lista acordada entre LLA y el partido que preside Mauricio Macri.
El conflicto entre los libertarios y el "partido amarillo" se inició el viernes pasado, cuando un sector del macrismo empezó a poner en duda "el manejo de fondos" para la fiscalización en el principal distrito de la Tercera Sección Electoral, tal como lo reportó Clarín.
El PRO apuntó directamente a Luis 'El Negro' Ontiveros, diputado provincial electo de LLA y coordinador en La Matanza. "El tipo es un puntero que sólo busca hacer guita con la elección. Lo peor es que ahora entró a la Legislatura", aseveraron a Clarín fuentes del PRO.
La fricción entre ambas agrupaciones surgió cuando el macrismo acusó a Ontiveros de querer reducir la cantidad de fiscales para el 26 de octubre, con el objetivo de apropiarse de ese dinero. "Estamos hablando de una montaña de plata", afirmaban.
Desde el PRO sostienen que el control electoral en la provincia de Buenos Aires del pasado 7 de septiembre "no fue buena", y que "se curraron la guita, no había fiscales y por ende no controlaron nada".
Ante estas recriminaciones, el ámbito libertario aseguró que tales acusaciones "son cualquier cosa" ya que se trataría de "una operación" y de "cuestiones que tienen que ver con la supervivencia del espacio" amarillo.
"Todo eso es mentira. Lo que hacen es tirarle leña a un fuego que está apagado, que no existe. La fiscalización del 7 de septiembre estuvo excelente ¿Hubo lugares malos? Por supuesto, pero eso fue la excepción", señalaron.