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Francos defendió el ajuste a los jubilados y justificó la baja de retenciones a los grandes agroexportadores

Universidades, medicamentos y jubilaciones bajo la tijera, mientras el campo concentrado recibe alivios impositivos. Francos lo justificó sin matices.

Lunes, 28 de julio de 2025 a las 07 54

Por Redacción

Lunes, 28 de julio de 2025 a las 07:54

Mientras crecen los cuestionamientos por el recorte de fondos a áreas sensibles del Estado, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, salió a respaldar la decisión del Gobierno de reducir o eliminar los derechos de exportación a productos del agro, y desvió el foco hacia la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien había criticado públicamente la medida. “Cristina no entiende nada”, lanzó Francos durante una entrevista radial, sin aclarar por qué, en plena política de austeridad, el oficialismo optó por beneficiar a uno de los sectores más concentrados y rentables de la economía argentina.

Guillermo Francos junto al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.

La resolución anunciada por el presidente Javier Milei durante su participación en la Exposición Rural reduce o elimina retenciones a productos como carne, maíz, soja, sorgo y girasol. La iniciativa fue celebrada por los grandes conglomerados agroexportadores, que concentran la mayor parte de la renta y la tierra. En paralelo, el Gobierno avanza con recortes presupuestarios que afectan a las universidades, los programas de medicamentos de alto costo, las políticas de discapacidad, el Hospital Garrahan y las transferencias a las provincias.

Cristina Kirchner fue una de las voces más críticas al señalar la contradicción: “Gobierna para los ricos”, escribió la expresidenta en un mensaje dirigido al peronismo, que expuso el contraste entre los beneficios otorgados al agro y la poda en derechos sociales y servicios públicos esenciales.

Francos, alineado con el discurso libertario, argumentó que permitirle al campo “explotar al máximo sus posibilidades” es una forma de “agrandar la Argentina”. También acusó al kirchnerismo de haber dañado al sector agropecuario. Para reforzar su posición, apeló a una imagen tradicional: la del pequeño productor que madruga para trabajar su tierra. Sin embargo, el diseño de la medida y sus beneficiarios revelan otra realidad: quienes más ganan con la baja de retenciones no son los chacareros familiares, sino las grandes empresas que exportan millones de dólares y concentran riqueza.

En esa misma línea, Francos volvió a insistir en la necesidad de reducir el gasto del Estado. Calificó al sistema previsional como “insostenible” y defendió el ajuste como camino hacia el superávit fiscal. Con ese argumento justificó la pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones y la caída de las transferencias, aunque al mismo tiempo sostuvo beneficios impositivos para los sectores de mayor rentabilidad.

El jefe de Gabinete también negó que existan internas dentro del oficialismo y aseguró que “todo el Gobierno está alineado con Milei”. De cara a las elecciones en la provincia de Buenos Aires, Francos habló de un “apoyo fuerte” al rumbo económico, a pesar del crecimiento de las protestas sociales, el deterioro de los servicios de salud y educación, y el aumento del desempleo.

Las declaraciones no lograron disipar las críticas. Por el contrario, reforzaron una lógica que comienza a repetirse: para los sectores populares no hay recursos, pero para los más poderosos sí. El ajuste, al final, no es tan parejo como se prometía.

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