El cierre de campaña de Javier Milei en el Club Villa Ángela de Moreno estuvo marcado por un clima tenso, con un fuerte operativo de seguridad e incidentes con Gendarmería en la previa del acto.
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La asistencia de los libertarios no pareció ser la esperada para el mandatario, ya que se contabilizaron alrededor de 10.000 presentes para escuchar el discurso del Presidente.
Horas atrás, Axel Kicillof advirtió que cualquier hecho de violencia debería ser responsabilidad de Milei, dada la atmósfera hostil que el propio Ejecutivo había generado.
A menos de una semana de las elecciones en PBA, el líder de La Libertad Avanza se dedicó a levantar la moral de su militancia a costa de atacar sin pruebas a quienes considera sus enemigos políticos.
Javier Milei en Moreno: "La batalla contra el kirchnerismo es una batalla moral"
Milei comenzó agradeciendo a su equipo de campaña y a su familia, presentando a su organización como una cruzada heroica contra las acusaciones que él mismo sembró "Quiero agradecer a Sebastián Pareja y a todos sus colaboradores por haberse cargado la campaña al hombro así como haber organizado nuestro partido en cada una de las ocho secciones electorales. También quiero agradecer a Karina Milei por acompañarme a diario en esta lucha por las ideas de la libertad."
Enseguida, su discurso rápidamente se tornó en una serie de denuncias vacías sobre ataques de la “casta política”, un término repetido que suele usar para descalificar a sus opositores. "Aplicando el manual del socialismo del Siglo XXI, empezaron una campaña de desprestigio que es un ataque a la moral y a los valores de las instituciones", aseguró.
En un intento de desviar la atención de las denuncias por las coimas de su entorno, afirmó: "Ya en la desesperada van contra la familia. Imaginen cómo deben estar las cosas para que hayan hecho las tres operaciones juntas: Acusarnos de chorros, Ir contra vidas humanas y meterse con mi hermana."
Así, Milei relató incidentes de violencia física durante sus recorridas por la provincia, denunciando un intento por ensuciar su campaña: "Días atrás en Lomas de Zamora me tiraron un adoquín y estábamos juntos con Sebastián, Espert y mi hermana. Podrían haber matado a cualquiera, pero esto para ellos se trata de poder."
Lo que siguió fue una cadena de ataques a la oposición, donde acusó a militantes opositores de ser responsables de agresiones físicas en los últimos días: "Nos tiraron piedras en Lomas de Zamora, asaltaron a nuestros militantes en Junín y quisieron amedrentar a jóvenes liberales en la Facultad de Derecho", dijo.
En esa línea, continuó con su retórica divisiva y acusatoria, y lanzó una declaración desafiante sobre la provincia de Buenos Aires: "Vamos a pintar la provincia de violeta", aludiendo a la victoria que, según él, logrará su espacio en territorio bonaerense.
El discurso culminó en una serie de declaraciones incendiarias, en las cuales aseguró que su proyecto político prevalecería en las urna: "Nosotros no debemos recurrir a la violencia para imponer nuestras ideas y ellos necesitan de la agresión para frenarlas. Los vamos a aplastar en las urnas."
Milei, que siempre utilizó el argumento de que las encuestas lo favorecen, volvió a asegurar que el kirchnerismo operaría para manipular los resultados: "Hoy todas las encuestas coinciden en que estamos en una situación de empate técnico (...) Por eso operan con las peores calumnias, reparten boletas truchas y van a redoblar las prácticas mafiosas", acusó.
Al final de su intervención, y en un claro intento por anticiparse a posibles críticas o denuncias de fraude, apeló a la victimización una vez más: "Aquellos que fiscalicen, sepan que del otro lado van a intentar hacer lo que sea para hacernos trampa. ¡Ármense de paciencia y tengan la guardia bien alta!".
Finalmente, en el cierre de su discurso sin propuestas hizo un llamado a sus seguidores a movilizarse: "Si ellos están empecinados en ganar a cualquier costo, nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados. Por eso este domingo, andá y vota".