En un contexto de creciente deterioro social y ajuste sobre áreas sensibles, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, volvió a dejar en claro su visión sobre el rol del Estado. “El Estado no tiene que cuidar a los niños, los tiene que cuidar la familia”, sentenció en una entrevista con El Observador, marcando distancia del enfoque tradicional de las políticas públicas de protección integral y dejando entrever una perspectiva centrada en la responsabilidad exclusiva de los núcleos familiares.
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La frase, que generó fuerte repercusión, se da en el marco de una gestión que absorbió competencias claves como niñez, salud, desarrollo social, educación y trabajo, tras la eliminación de varios ministerios. A pesar de la magnitud de esa concentración, Pettovello insiste en limitar la intervención estatal directa. En cambio, propone “acompañar” a las familias a través de dispositivos descentralizados denominados “centros de familia”, que funcionarán en zonas vulnerables.
“Uno de los proyectos que me entusiasma muchísimo son los centros de familia. Van a estar ubicados en las zonas más vulnerables del país”, adelantó la ministra. Según explicó, el objetivo no será asistir a individuos según su edad o necesidad particular, sino fortalecer el núcleo familiar como un todo. “Yo no quiero esas políticas de ‘vamos a ayudar solo a los ancianos’, ‘vamos a ayudar a los niños de 0 a 3 años’. Yo quiero ayudar a la familia, porque creo que la familia tiene una función que no se puede delegar en el Estado”, sostuvo.
La idea de "desintermediar" a la política atraviesa todo el discurso de Pettovello. En esa línea, subrayó que los nuevos centros buscarán “fortalecer los vínculos familiares” y fomentar una crianza “positiva”, sin presencia estatal directa ni mediación de organizaciones sociales.
Como complemento, anunció el regreso del sistema de vouchers, esta vez orientado a actividades deportivas y culturales. “Vamos a dar unos vouchers que van a ofrecer actividades deportivas, culturales. También para los adultos de la familia, para recibir esos vouchers, van a tener que hacer cursos de crianza, de escuela para padres”, detalló.
La ministra explicó que se implementará una red de instituciones adheridas –como parroquias, clubes y organizaciones comunitarias– para el canje de los vouchers. “También se beneficiará la comunidad que rodea estos centros”, concluyó.
A contramano de los estándares internacionales en políticas sociales, Pettovello reafirma una concepción donde el Estado se corre de la escena de cuidados, pese a tener bajo su órbita áreas críticas que afectan directamente a millones de personas en situación de vulnerabilidad. Sus declaraciones, lejos de ser aisladas, consolidan un modelo que redefine el vínculo entre el Estado y la ciudadanía, y que ya muestra sus efectos en el tejido social más frágil.
