La supuesta "concesión" de Karina Milei y La Libertad Avanza (LLA), que implicaba permitir a los 13 intendentes del PRO en la provincia de Buenos Aires tener preponderancia en el armado de las listas locales, no logró consolidarse en varios distritos. Aunque Cristian Ritondo ofició como garante del acuerdo, las tensiones siguen latentes y, en algunos casos, ya se tradujeron en rupturas abiertas.
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Hace apenas una semana, el PRO anunciaba con énfasis que “todos los intendentes del PRO integran el Frente con La Libertad Avanza”, pero el optimismo fue efímero. Las negociaciones en algunas secciones electorales muestran avances –habría un entendimiento en torno a una distribución 75% LLA y 25% PRO, aunque el macrismo busca asegurar entre seis y ocho bancas–, pero en muchos municipios el conflicto con referentes libertarios locales bloquea cualquier tipo de acuerdo.
En distritos como Puan y Pergamino el acuerdo ya se rompió. En el primero, gobernado por Diego Reyes, la decisión es ir por afuera. En el segundo, el intendente Javier Martínez confirmó que competirá con el sello “Hechos”, vinculado a los hermanos Santiago y Manuel Passaglia. Las condiciones impuestas por LLA –quedarse con el 70% de la lista– resultaron inadmisibles para el mandatario.
“Con Manuel Passaglia y Paula Bustos vamos a competir desde un lugar claro: al kirchnerismo no se le gana discutiendo, se le gana con hechos”, expresó Martínez. “Nuestros municipios han sido líderes en la reducción del empleo público, sostenido el superávit fiscal, eliminado tasas y sumado obras. Esa es la gestión que defendemos”.
También hay rispideces en 9 de Julio, donde los libertarios solo ofrecerían el 4º o 5º lugar a la gestión de María José Gentile. En Junín, desde el entorno del intendente Pablo Petrecca reconocen que “los pedidos de LLA no cumplen con lo acordado hasta el momento”.
Las fricciones no se limitan a los municipios gobernados por el PRO. En localidades donde el partido carece de intendentes propios –los llamados “sin tierra”– los desencuentros son aún más profundos. En Tandil, Juan Manazzoni (jefe del bloque PRO local) y el radical Marcos Nicolini (ex candidato de Bullrich) abandonaron el espacio y se pasaron al armado de los Passaglia.
A esto se sumaron rupturas recientes en Lincoln y Rauch. En Lincoln, la concejal Adela “Cuti” Walberg anunció su alejamiento con un duro comunicado: “No voy a renovar mi banca, no seré parte del proceso electoral ni de la alianza de LLA con el ritondismo local. El PRO no ha hecho en Lincoln una alianza con ellos. Esa lista la integran algunos capaces de arrastrarse por una migaja”.
En Rauch, el PRO confirmó que mantendrá su alianza con la UCR, que gobierna con Maximiliano Suescun. “Como lo viene haciendo desde hace unos años, el PRO conformará la propuesta local en conjunto con la UCR, manteniendo su firme convicción democrática y participativa”, expresaron.
Lejos de lograr cohesión, la estrategia de fusión entre libertarios y macristas en territorio bonaerense se enfrenta a múltiples fracturas. Las tensiones internas, los egos locales y las pretensiones desmedidas de los armadores libertarios desdibujan cualquier horizonte común. El experimento Milei-Ritondo, por ahora, parece más una entente fallida que una verdadera alianza electoral
