El Gobierno Nacional le sigue dando más libertades a las Fuerzas Armadas. Ahora las autorizó a detener civiles en situación de flagrancia durante los patrullajes en la frontera norte. Esto es como parte de las nuevas “reglas de empeñamiento” establecidas en el marco del “Operativo Roca”.
De acuerdo a lo que se desprende de la resolución reservada 347, firmada por el ministro de Defensa, Luis Petri, los efectivos también podrán portar armas cargadas en situaciones de eventual peligro, en un operativo conjunto con Gendarmería para reforzar la vigilancia en zonas sensibles como Salta y Jujuy.
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Las directivas, que establecen los protocolos de actuación ante posibles agresiones, buscan restringir el uso de la fuerza a casos de legítima defensa propia o de terceros.
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Luis Petri anunció que las Fuerzas Armadas podrán detener civiles en la frontera norte
El ministro de Defensa, Luis Petri, anunció la medida a través de una serie de posteos en los que llamativamente salió a defenderse sin ser atacado, y cuestionar a todo aquel que pudiera poner en tela de juicio esa disposición.
“Sí, es una medida controversial para todos los que defienden narcos, terroristas y violentos delincuentes. Elijan de qué lado van a estar", desafió públicamente a través de la red X.
Además, el funcionario dijo: "La ley autoriza a las Fuerzas Armadas a reforzar el control de fronteras. La posibilidad de detención en flagrancias está prevista en todos los Códigos procesales de las provincias y la Nación".
Y agregó: "Sólo el sesgo ideológico canceló y maniató a nuestras fuerzas. Todos los países limítrofes con Argentina usan a sus fuerzas armadas para el control y vigilancia de sus fronteras, EEUU lo acaba de anunciar en enero, por que acá algunos se escandalizan?", sentenció.
El objetivo de esta medida es "restringir el uso de la fuerza a acciones que el personal militar deba desarrollar circunscribiéndolo a su defensa y a la de terceros en caso de agresiones inminentes que pongan en riesgo la vida, la integridad física o del cumplimiento del deber", según reza la resolución.
Por otra parte, no está permitido "el uso de armas en contra de vehículos o personas sospechosas que huyan o traten de huir de un puesto de control, acceso a instalaciones, recintos, destacamento, aun existiendo sospechas fundadas de un acto ilícito".
El “Operativo Roca” comenzó en Salta con 1.300 soldados y la intención oficial es movilizar hasta 10.000 efectivos antes de fin de año, aunque las fuentes señalaron que el Ejército no tiene capacidad material para sostener ese número en forma simultánea.
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Preocupación en las Fuerzas Armadas por las consecuencias judiciales de los entrenamientos "antidisturbios"
Dentro de las Fuerzas Armadas existe cierta preocupación por las posibles consecuencias judiciales de accidentes durante los patrullajes. Por su parte, voces críticas de la oposición advirtieron sobre la falta de un marco legal claro para este despliegue militar.
El pasado 4 de abril, una joven de 21 años quedó en coma luego de un violento "entrenamiento antidisturbios". Se trata de Brisa Páez, que no tenía formación en ese tipo de operativos y había ingresado a la fuerza hace sólo cuatro meses. Por el hecho, 9 integrantes de la Armada quedaron detenidos.
Este suceso ocurrió en la base militar de Vicente López y ahora es investigado en la Justicia federal por las graves heridas que sufrió la joven. Páez habría sido víctima de una fuerte embestida de un instructor que hizo golpear su cabeza contra el piso y el entrenamiento prosiguió, pese a que ella manifestó abiertamente que se sentía desorientada.
La causa está a cargo de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, que esta semana ordenó la detención de nueve integrantes de la fuerza de distintos rangos que formaron parte del entrenamiento, tanto en el campo como en tareas de supervisión. Entre ellos se encuentra el hombre señalado como quien embistió a Páez y generó su fuerte golpe. Según los testigos que ya constan en la causa, el hombre, del que todavía no se conoció su identidad, oficiaba como instructor en el momento del entrenamiento e impactó el escudo de la joven con tal violencia, que Páez golpeó su nuca contra el piso.
Aunque tenía el casco puesto, testigos indican que la joven sufrió las consecuencias del golpe y de inmediato manifestó que se sentía mal, particularmente con dolor de cabeza y desorientación. Pese a que sus superiores estuvieron al tanto de la situación desde el primer momento, el entrenamiento prosiguió. La cuestión se agrava por los testimonios que indican que Páez ya venía siendo víctima de hostigamientos por parte de un grupo de integrantes de la fuerza y que, durante el mismo entrenamiento, los golpes hacia ella eran más fuertes que hacia los demás. Una de las hipótesis que investiga la Justicia da cuenta de una posible relación personal previa de la joven con un integrante de ese grupo, y que el maltrato pudo haber llegado a modo de "venganza" por algún cambio en esa relación.
Lo cierto es que la joven recibió el diagnóstico de "daño axonal difuso", es decir que las fibras que conectan las células cerebrales recibieron movimientos tan bruscos que terminaron lastimadas. El cuadro parece indicar que al cerebro de Páez no sólo lo afectó el golpe contra el piso, sino los posteriores movimientos violentos que tuvo que seguir soportando durante el entrenamiento. Según pudo saber este diario, ese diagnóstico permitió que la lesión fuera tratada de otro modo y mejorar su estado, que por ahora evoluciona favorablemente aunque ella sigue en terapia intensiva.