El drama laboral volvió a golpear con crudeza en Villa Gobernador Gálvez.
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Frente a la planta del frigorífico Euro SA, un trabajador decidió encadenarse este lunes a las rejas del establecimiento, en señal de protesta por los 47 despidos y los sueldos impagos que mantienen paralizada la producción.
El gesto de desesperación ocurre en medio del derrumbe del trabajo industrial y de un Gobierno que, mientras habla de “orden fiscal”, deja a la producción nacional librada a su suerte.
El modelo Milei, en carne viva: un obrero se encadenó en protesta por 47 despidos
“Nadie nos escucha. El Ministerio de Trabajo nos soltó la mano. Queremos trabajar, pero así no se puede”, dijo el operario que se ató a la puerta, visiblemente quebrado por la situación.
Los trabajadores denuncian que la empresa —dedicada a la elaboración de embutidos para exportación— no cumplió con los pagos prometidos y que la planta permanece totalmente detenida.
El conflicto se agudizó tras los despidos “con causas inventadas” y la falta de diálogo con los nuevos dueños, quienes, según relataron los empleados, “solo aparecen por videollamada”.
“A las audiencias no se presentan. No sabemos qué va a pasar con las 47 familias que quedaron afuera”, expresaron.
Desde el Sindicato de la Carne remarcaron que el problema no se limita a Euro SA: “El modelo económico del Gobierno destruye el consumo interno, habilita importaciones y deja a los trabajadores a la deriva”, advirtieron.
Según datos del gremio, los frigoríficos del país están operando a menos del 60% de su capacidad, con ventas estancadas, sin acceso a crédito y con salarios que se licúan mes a mes.
El Ministerio de Trabajo de Santa Fe, por su parte, brilla por su ausencia. Los empleados aseguran que la provincia no intervino, pese a los reiterados reclamos y a la magnitud del conflicto.