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Jorge García Cuerva, en San Cayetano: "Hay que salir del chiquero de las descalificaciones y del odio"

El arzobispo de Buenos Aires pidió “diálogo”, que se revalorice el trabajo y habló de “indignidad social”.

Jueves, 07 de agosto de 2025 a las 11 58

Por Thomas Dos Reis

Jueves, 07 de agosto de 2025 a las 11:58

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, encabezó este jueves la misa central por el Día de San Cayetano en Liniers: se refirió a "los ancianos que piden una jubilación digna", exhortó a "salir del chiquero de las descalificaciones" y pidió "no desentenderse de los que revuelven la basura, no porque les guste, sino por necesidad".

No hay paz sin justicia y no hay justicia sin paz”, dijo. Y agregó: “Esta vez que podamos recapacitar como ese hijo de la parábola salir del chiquero de las descalificaciones y del odio, ponernos de pie y animarnos a dar el paso hacia la reconciliación entre los argentinos”, sentenció al comienzo de su homilía.

En un claro tono político, sentenció: "Somos custodios y guardianes de los más pobres, de los más débiles, de los ancianos que siguen esperando una jubilación digna. Somos custodios de los discapacitados y de todos los enfermos. No podemos desentendernos de los que sufren. No podemos desentendernos de los que revuelven los tachos de basura buscando algo para comer, que no lo hacen porque les gusta, lo hacen por necesidad, como el hijo menor de la parábola que deseaba comer las bellotas que comían los cerdos".

García Cueva contó una parábola sobre un hombre de familia y de cómo el pan era fuente de trabajo. Luego, reflexionó: "Le pedimos a San Cayetano que haga una casa de reconciliación, que podamos abrazarnos y pedirnos perdón".

"Como decía San Juan Pablo II, no hay paz sin justicia y no hay justicia sin perdón. Le rogamos a nuestro santo patrono que podamos recapacitar, salir del chiquero del odio y las chicanas y ponernos de pie. Tenemos que animarnos a dar el paso de la reconciliación entre los argentinos. Así podremos gestar una renovación más humanas", soltó, refiriéndose a la época de crisis que se vive en el país. "Cultura del enfrentamiento no, cultura del encuentro sí", enfatizó.

Asimismo, citó al papa León XIV: "La paz comienza por cada uno de nosotros, por el modo en que nos miramos, en los que escuchamos a los demás, en que hablamos de los demás. El modo en que comunicamos tiene una importancia fundamental. Debemos decir no a la guerra de las palabras y de las imágenes".

 

García Cuerva pidió que se revalorice el trabajo y habló de "indignidad social"

El prelado pidió esta mañana “diálogo” y que se revalorice el trabajo. Además, habló de “indignidad social”, durante su homilía en el acto central en el Santuario San Cayetano Liniers.

La Casa del Padre también es casa de encuentro y de trabajo. El padre de la parábola organiza una fiesta por el regreso de su hijo. Quiere que todos festejen y que se sienten a su mesa”, expresó.

Luego recordó al fallecido Papa Francisco: “Decía que el aislamiento y la cerrazón en uno mismo o en los propios intereses jamás son el camino para devolver esperanza y obrar una renovación, sino que es la cercanía, la cultura del encuentro. ´El aislamiento, no´, decía Francisco, ´la cercanía sí´“. Y repitió: ”Cultura del enfrentamiento, no, cultura del encuentro, si”.

"Hay que sentarnos a una misma mesa para pensar juntos, para generar consensos, para dialogar, para llorar nuestros fracasos sin estar siempre buscando culpables por lo que está mal y hacer fiesta con los pequeños o grandes logros sin querer figurar o obtener reconocimientos personales por los esfuerzos que son de todos", sostuvo.

Según él, la Casa del Padre “también es casa de trabajo” y dijo que “los jornaleros trabajan y tienen pan en abundancia, porque seguramente tienen un trabajo digno que es bien remunerado”. “Nadie se muere de hambre en la Casa del Padre”, afirmó.

Como en su bendición a las herramientas de trabajo, que dio esta mañana, el arzobispo repitió que “el trabajo es un gran ordenador social” y que “dignifica a las personas“. ”Como Iglesia valoramos todas las formas de trabajo, el empleo formal, los emprendimientos familiares, la economía popular, el reciclado, las changas, toda actividad que con esfuerzo lleva dignamente el pan a la mesa merece ser reconocida, acompañada y protegida“.

García Cuerva expresó que la Casa del Padre, también, es "hogar de fraternidad porque él no quiere que nadie quede afuera". "Quiere a sus hijos reunidos. No quiere que se distancien. Quiere que se reconozcan hermanos responsables unos de otros", señaló.

Y cerró nuevamente recordando al Papa Francisco: “Lo que te da dignidad es ganar el pan y si nosotros no damos a nuestra gente, a nuestros hombres y a nuestras mujeres la capacidad de ganar el pan, eso se llama injusticia social. Los gobernantes deben dar a todos la posibilidad de ganar el pan, porque esa ganancia da dignidad".

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