Este jueves 7 de Agosto, en el día de la conmemoración de San Cayetano, cientos de fieles se reúnen en el santuario del barrio porteño de Liniers tras una larga noche de vigilia. Desde la medianoche, las primeras filas ingresan a la iglesia para la celebración religiosa y para pedir pan, paz y trabajo.
La zona se encuentra cortada hace varias horas dado que se trata de una efeméride en la que los creyentes se acercan a acampar varios días antes para ser los primeros en ingresar a la parroquia. Monseñor Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, llegó pasadas las 8 y realizó una bendición en la vereda de la parroquia.
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La celebración de este año comenzó este jueves a la medianoche con los fuegos artificiales tradicionales bajo el lema “Con San Cayetano, todos hermanos”.
Por otra parte, las dos CTA y la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) -entre otras organizaciones que integran el Frente Sindical por la Soberanía, el Trabajo Digno y el Salario Justo-, convocaron a una movilización a las 8 desde la iglesia de Liniers hasta Plaza de Mayo.
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Por qué San Cayetano es el patrono del pan y el trabajo
La fecha de la celebración, el 7 de agosto, corresponde al día del fallecimiento de Cayetano de Thiene. Su designación como intercesor para las necesidades laborales se originó en la Argentina.
En la década de 1930, el país sufría las consecuencias del desempleo por la crisis financiera de 1929. En ese contexto, el párroco Domingo Falgioni, director espiritual de los Círculos de Obreros Católicos, impulsó una pastoral para venerar al santo como facilitador de empleo.
Falgioni fue el responsable de la creación de una estampa de San Cayetano con el niño Jesús y una espiga de trigo. Esa imagen consolidó su condición de patrono del pan y del trabajo. Los favores atribuidos a la oración a Cayetano en esa época expandieron con rapidez la confianza en su intercesión divina entre los sectores más necesitados.
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La oración a San Cayetano
Muchos fieles recitan una oración tradicional al acercarse a su imagen. Una de las más difundidas es la siguiente:
¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad, ¡oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Que tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.