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La expedición del CONICET halló 40 nuevas especies marinas

Según informó el Conicet, recolectaron datos para trabajar por 10 años. 

Martes, 19 de agosto de 2025 a las 16 13

Por Sofía Garcea

Martes, 19 de agosto de 2025 a las 16:13

La expedición del fondo del mar liderada por científicos del Conicet, “Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV”, y llevada a cabo a bordo del buque R/V Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute, halló 40 especies marinas nuevas.

La exploración duró 21 días, fue transmitida en vivo a través del canal de Youtube del Schmidt Ocean Institute y alcanzó casi 18 millones de visualizaciones.

En la expedición, el equipo documentó una rica biodiversidad, incluyendo arrecifes de coral compuestos por Bathelia candida, una especie de coral pétreo que forma hábitats. También encontraron Anthomastus sp. rojo, un coral blando de aguas profundas.

Entre las 40 nuevas especies se incluyen anémonas de mar, pepinos de mar, erizos de mar, caracoles, corales y crinoideos, entre otros.

 “Ahora viene una etapa de trabajo de laboratorio y de computadora. En el caso de la taxonomía, por ejemplo, estamos reconociendo las especies nuevas y describiendo lo que vimos, revisando géneros, familias, literatura para hacer comparaciones, y esa etapa nos puede tomar meses o años”, explicó el jefe de la expedición Daniel Lauretta

Y añadió: "en cuanto a los primeros resultados de microplásticos y carbono azul, van a llevar al menos seis meses. Y lo que estimamos va a tomar más tiempo será analizar las doscientas horas de filmación que trajimos registradas”. 

Asimismo, consideró que “cerca de la mitad del país está sumergido bajo las aguas del Océano Atlántico y esos fondos están llenos de recursos que aún desconocemos. Campañas como la que acabamos de terminar son fundamentales, porque esas zonas no son posibles de visualizar desde el aire con imágenes satelitales o drones. Sí o sí requerimos el uso de barcos e instrumentos como el ROV, que nos permitió ver la fauna viva in situ y su distribución. El océano profundo es un lugar inmenso”.

“Tenemos un plan a futuro para seguir estudiando los cañones, que son muy buenos lugares para evaluar la biodiversidad en general. Cuanto más sepamos sobre ellos, vamos a poder tener un conocimiento global de la fauna en aguas profundas para tomar decisiones sobre las actividades humanas que se puedan realizar en esas zonas a futuro. Y lo más probable, también, es que cuanto más investiguemos más especies nuevas vamos a hallar”, adelantó.

Del fondo del mar, directo al corazón

Entre aplausos, gritos de “¡Viva la ciencia argentina!” y un “Argentina, Argentina” coreado en coro, finalizó el streaming que convirtió al Cañón Submarino Mar del Plata en escenario de un fenómeno viral. Por primera vez, una expedición científica en esta zona fue transmitida en vivo y alcanzó cifras récord: más de un millón de visualizaciones y miles de personas conectadas a diario para acompañar a los más de 30 investigadores argentinos embarcados junto al Schmidt Ocean Institute.

En los minutos finales, los científicos desplegaron un cartel con la leyenda “Gracias por el apoyo”, firmado por el Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA). Aunque la emoción era palpable, pidieron a la gente que no los reciba en el puerto: el cronograma es ajustado y, apenas amarren, deberán descargar equipos, embalar muestras y reencontrarse con sus familias.

La misión “Talud Continental IV” pasó 19 días en el mar. Mientras parte de la tripulación clasificaba y preservaba el material recolectado, Ignacio Chiesa (Centro Austral de Investigaciones Científicas - CONICET) y Diego Urteaga (Museo Argentino de Ciencias Naturales - CONICET) destacaban lo inédito del alcance. Más de 80 mil personas se conectaron en YouTube para ver criaturas como el “pulpo Dumbo”, estrellas de mar inusuales, calamares rojos y peces telescopio. Las imágenes superaron en audiencia a canales de streaming famosos.

Para Chiesa, el secreto estuvo en mostrar ciencia con acento local: “La gente se alegró de vernos trabajar mientras sonaba el mate y nos llamábamos por apodos”. El jefe de la expedición, Daniel Lauretta, lo definió como “una oportunidad única” para acercar la ciencia al día a día y explicar con claridad lo que suele quedar entre muros de laboratorio.

El corazón tecnológico fue el ROV SuBastian, capaz de filmar en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno. El Cañón Mar del Plata, a 300 km de la costa, es un laboratorio natural donde se cruzan la corriente cálida de Brasil y la fría de Malvinas, creando una biodiversidad excepcional.

Urteaga subrayó el rol decisivo de la educación y la financiación pública: “Somos producto del esfuerzo de un país que invirtió en universidades, becas y salarios para que hoy podamos estar acá. Schmidt pone la tecnología, pero el conocimiento para decidir qué, cómo y por qué se estudia es argentino”. Las muestras quedarán en el país para futuras investigaciones.

Cada jornada, la transmisión terminaba pero el trabajo recién empezaba: procesar y catalogar el material exigía máxima concentración. En ciencias marinas, contar con datos tan precisos sobre el lugar y la profundidad de recolección es un lujo, y esta expedición lo consiguió con la calidad y el orgullo de la ciencia hecha en Argentina.

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