La multinacional Mondelēz confirmó una decisión sin precedentes: suspender por completo la producción en su planta de General Pacheco, un establecimiento clave en el sector alimentario nacional y conocido por elaborar marcas icónicas como Oreo, Milka, Pepitos, Tita, Rhodesia y Beldent. La medida regirá entre el 14 de diciembre y el 5 de enero, afectando a los 2.300 trabajadores del complejo industrial.
Se trata del primer freno total en la historia de la planta, un dato que por sí solo revela la gravedad del momento que atraviesa el mercado alimenticio.
Un derrumbe de ventas que golpea a toda la industria
El freno en la fábrica de Mondelēz en Pacheco —la mayor de su tipo en el país— impactó de lleno en la industria alimentaria argentina y expone la magnitud del derrumbe del consumo. De acuerdo con información publicada por Data Gremial, el desplome de la demanda se tradujo en una caída de 13 mil toneladas anuales en las ventas. Ese retroceso ocasionó un sobrestock sin precedentes: los depósitos quedaron saturados y la empresa ya no contaba con capacidad física para almacenar más producción.
La acumulación forzada, sumada a la baja rotación de productos en supermercados y distribuidores, obligó a la compañía a adoptar un freno total para evitar una crisis mayor dentro del propio sistema de logística y almacenamiento.
Mondelēz produce las marcas más consumidas del país
En la planta de Pacheco se fabrican productos de altísima demanda en el mercado interno, entre ellas las líneas completas de:
- Oreo
- Milka (tanto chocolates como galletitas y alfajores)
- Pepitos
- Tita y Rhodesia
- Beldent
- Chiclets
- Sonrisas
- Chocolinas
La suspensión impacta de lleno en la góndola: varias cadenas ya analizan restringir pedidos para no seguir acumulando stock que, por la caída del consumo, rota cada vez más lento.
Un acuerdo para garantizar salarios y evitar despidos
Ante el riesgo de que el colapso del mercado derivara en suspensiones o despidos, Mondelēz y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) avanzaron en un esquema excepcional que contempla:
- una semana de vacaciones pagas,
- una semana de licencia extra remunerada,
- tareas internas no productivas para quienes no adhieran al plan.
El objetivo fue evitar pérdida salarial directa y contener el impacto sobre los trabajadores. El gremio confirmó que la empresa garantizará:
- el salario de diciembre completo,
- el pago del bono anual,
- el paquete navideño,
- canastas esenciales,
- y el voucher de proveeduría interna.
Más de la mitad del personal ya aceptó el esquema propuesto.
Un cierre que anticipa un 2026 difícil
Pese al acuerdo y la preservación del salario, entre los delegados reina la preocupación. Aseguran que esta medida no resuelve la raíz del problema: la fuerte caída del poder adquisitivo y la pérdida de volumen real de consumo, que afecta sobre todo a productos de valor agregado como galletitas, alfajores y chocolates.
"Cuando volvamos en enero y no haya demanda para producir, ahí vamos a estar complicados", advirtieron delegados internos.
A diferencia de otros momentos críticos, esta vez no se trata de un problema interno de la empresa, sino de un fenómeno estructural que afecta a toda la industria alimenticia: baja del consumo, sobrestock, caída de turnos, y dificultades crecientes para sostener niveles normales de producción.
El freno en Pacheco como síntoma de una crisis mayor
La paralización total de Mondelēz se suma a una serie de señales preocupantes en el sector:
- empresas que recortan turnos,
- plantas que operan al 50% o menos,
- suspensiones rotativas,
- caída de exportaciones,
- y una creciente competencia de productos importados en góndola.
Que la mayor fábrica de galletitas del país frene por completo su actividad refleja, con crudeza, el deterioro del mercado interno y anticipa un 2026 con tensiones crecientes entre empresas, gremios y trabajadores.
