Tras varios rumores durante los últimos días, finalmente Iron Maiden volverá a la Argentina en el marco de su gira "Run For Your Lives".
La doncella de hierro se estará presentando el 20 de octubre de 2026 en el estadio de Huracán.
Las entradas tendrán una etapa de preventa para clientes Banco Francés (con disponibilidad de 3 cuotas sin interés) a partir del martes 16 de diciembre a las 13 horas y la venta general comenzará el jueves 18 de diciembre a las 13 horas. Todo en la web oficial de Livepass en este enlace
Iron Maiden, la institución británica del heavy metal, celebra medio siglo de trayectoria. En una entrevista realizada por Loudersound, los miembros de la banda desclasificaron los momentos más importantes, tensos y triunfales de su recorrido. Desde sus humildes comienzos en el East End hasta la actualidad, el motor inagotable del grupo, el bajista y fundador Steve Harris, reflexiona sobre la magnitud del logro. “Cuando empezás como banda, no pensás más allá de tu primer álbum. Soñás con girar por el mundo. Cualquier otra cosa es una yapa”, confiesa Harris, quien agrega: “Así que, seguir haciendo eso después de todos estos años es increíble. Me siento tan feliz y afortunado de poder seguir haciéndolo”.
La persistencia y la visión fueron pilares desde el día uno. Harris contó que su primer grupo se llamó Influence, y luego Gypsy’s Kiss. Pero el nombre que cambiaría la historia fue “Iron Maiden”, una elección que, según recuerda el bajista, tuvo una aprobación inmediata: “Incluso mi mamá pensó que era un nombre genial”.
La Gesta de un Estilo Único
El sonido de Iron Maiden es inseparable del bajo galopante de Harris: “Como bajista, no compongo ni toco como lo haría un guitarrista”, explica. Harris buscaba una música “inusual, un toque extravagante” y la tocaba con una agresión que muchos confundieron con el punk de la época, una etiqueta que siempre rechazó: “Todos saben que el punk no me gusta para nada, así que no es eso”. Su búsqueda apuntaba a la energía con “muchísima melodía”, y de ahí su insistencia en el uso de “guitarras gemelas”. La banda fue una pieza clave en el surgimiento de la NWOBHM, una época que Harris simplifica: “Estábamos en el lugar correcto en el momento adecuado”.
Las Vueltas del Destino: Di’Anno, Dickinson y la Presión de la Gira
El primer vocalista, Paul Di’Anno, fue un personaje fundamental en la etapa inicial. Harris lo define afectuosamente como “un pícaro adorable” que disfrutaba de provocarlo. “Solía llamarme Hitler. Me han llamado Ayatolá y Sargento Mayor, pero Hitler es el colmo, en serio”.
No obstante, Harris también fue crítico sobre el desempeño de Di’Anno: “La voz de Paul tenía cierta calidad. Una crudeza. Pero no se cuidaba. Tenía este botón de autodestrucción”. La llegada de Bruce Dickinson fue la respuesta a esa inestabilidad. Un cambio que generó ansiedad en el líder: “Estaba muy preocupado por tener un cambio de cantante en ese momento”. Sin embargo, el impacto de The Number Of The Beast fue brutal: “Los fans recibieron a Bruce increíblemente bien. Fue un alivio absoluto, si te soy sincero”, dice Harris. El propio Dickinson siempre tuvo una fe absoluta en el proyecto: “Siempre quise que esta fuera la banda de heavy metal más extraordinaria del mundo”.
La década de 1980 fue un tour de force agotador: “Era a full en esos años. Álbum, gira, álbum, gira. Casi no teníamos tiempo libre. Pero estuvo genial”, afirma Harris. Adrian Smith recuerda la presión mental de ese ritmo: “Los ochenta fueron muy intensos. Para todos… tuve algunos problemas”. El guitarrista Dave Murray coincide, recordando el post-World Slavery Tour: “Necesitábamos tiempo libre después de eso, por nuestra salud mental”.
Los Años Difíciles y la Prueba de Carácter
La partida de Dickinson y Smith a principios de los '90 llevó a la banda a un período de incertidumbre. Harris rememora un momento personal de gran vulnerabilidad en 1993, en medio de su divorcio y la salida del vocalista: “Pensé que el resto me iba a buscar para que les dé fuerza acá, y no sé si la tengo”. Pero la crisis duró poco: “No podía seguir sintiendo lástima por mí mismo. Tenía que seguir adelante”.
El regreso de Dickinson y Smith en 1999 fue visto con cautela por Harris: “Yo no estaba seguro por un tiempo. Solo quería asegurarme de que volvieran por las razones correctas”. El éxito de Brave New World despejó toda duda: “Hicimos un álbum muy sólido, salimos de gira, tocamos en Rock In Rio y todo ese tipo de cosas. Dije: ‘Esto está genial.’ Y supe entonces que podíamos seguir todo el tiempo que quisiéramos”.
La convivencia a largo plazo, como en cualquier matrimonio, tiene sus cosas, pero Harris destaca la química con Dickinson: “Bruce y yo, nunca tuvimos peleas ni nada por el estilo. Hubo momentos en los que me sacó de quicio y estoy seguro de que yo lo saqué de quicio a él… Pero hay una química que funciona cuando todos están juntos. Simplemente funciona”.
Por último, el baterista Nicko McBrain reflexionó sobre su carrera tras superar problemas de salud: “He tenido cuarenta y dos años con Iron Maiden. Increíble. Pero ninguno de nosotros se está volviendo más joven” y Janick Gers lo resume: “A veces estás a un costado del escenario y estás hecho mierda... Pero luego corrés al escenario y – ¡pum! – estás en otro mundo”.
