Se anunció que Sex Pistols llegará a la Argentina junto al enérgico Frank Carter como cantante.
La formación conformada por Steve Jones, Paul Cook y Glen Matlock se presentará en nuestro país el 11 de septiembre en el Estadio Obras.
Las entradas se pondrán a la venta el 4 de julio a las 12 del mediodía únicamente en la web de All Access en este enlace.
Precios sin cargo por servicio:
Popular Este: $70.000
Popular Oeste: $70.000
Platea sin numerar: $80.000
Campo: 95.000
A casi cinco décadas de haber pateado el tablero con los Sex Pistols, sus integrantes siguen siendo una fuente inagotable de anécdotas y filosofía punk. Pero, lejos de repetir el relato oficial, Glen Matlock, Steve Jones y Paul Cook ofrecen una mirada cruda, libre de mística, sobre el fenómeno que ayudaron a construir.
“Nunca fui muy fanático del viejo punk rock. Fue un momento importante, sí, pero no lo es todo”, afirma Matlock, quien fue bajista en los primeros tiempos del grupo. Su oído siempre fue más amplio que la etiqueta. “Siempre tuve gustos musicales eclécticos. Me gustaban los Small Faces, Bowie y Motown. Todo se trata de buenas canciones, no de encerrarse en un género.”
Steve Jones, guitarrista y el "más callejero", lo dice sin vueltas: “Punk no era un estilo, era una actitud. Y la nuestra era: ‘No nos importa lo que pensás’.” Incluso ironiza sobre los supuestos ideales detrás de la revolución: “La gente dice que fue revolucionario. Para mí fue una reacción al aburrimiento y a la mi#rd# que nos rodeaba.”
Punk sin plan maestro: música como escape y provocación
“No había un plan maestro. Era caótico, sí, pero algunas de las mejores cosas salen del caos”, admite Matlock. Esa energía fue fundamental aunque admiten que no todos eran músicos al 100%: “No éramos músicos entrenados. Pero teníamos energía. Teníamos agallas. Y eso a veces importa más”, agrega Paul Cook, baterista de la banda.
El objetivo no era cambiar el mundo. Era sobrevivir y romper con lo establecido: “Salimos a agitar. Fue anti-establishment, pero instintivo, no planificado”, dice Cook. Y Jones lo complementa con su habitual cinismo: “Solo quería tener sexo, algo de dinero y pasarla bien. No pensaba que esto duraría más de un año.”
Incluso el sonido caótico tenía una estructura. “Me gusta pensar que aporté melodía y forma al caos. Cualquiera puede hacer ruido. El truco es que ese ruido quede”, apunta Matlock. Y no todo fue disfrute: “Estar en los Pistols fue emocionante, pero también frustrante. Había mucho ego, mucho ruido y poca música.”
La autenticidad fue la clave de su música e imagen. “Componer se trata de ser honesto. Si no significa nada para vos, ¿cómo va a significar algo para los demás?”, lanza Matlock. Y aunque el marketing fue parte de la movida, muchos miembros sabían bien lo que hacían: “Dicen que no sabíamos lo que hacíamos, pero sabíamos perfectamente que queríamos agitar.”