La banda Years of Denial, llegará a la Argentina para una noche ideal llena de EBM, Post-punk, industrial y Rave Culture.
El dúo se presentará el jueves 30 de octubre a las 20 horas en Casa Colombo (Gallo 557, CABA).
Las entradas ya están disponible en la web de Passline en este enlace. Comunicarse con la productora del show por otros medios de pago sin cargo por servicio.
Years of Denial: la danza oscura entre el dolor y la memoria
Years of Denial es mucho más que un dúo electrónico. Tal como contaron en Elektrospank, “Years of Denial es un dúo formado por Jerome, productor musical y baterista, y Barkosina, artista performática y cantautora”. Esa unión entre producción y performance definió desde el principio un lenguaje propio: oscuro, visceral y cargado de teatralidad.
El origen del proyecto fue un experimento sin rostro. En palabras de El Garaje de Frank: “Blood Debts fue un proyecto de estudio sin nombre ni cara. Más adelante conocí a Maya Petrovna y grabé su voz sola, sin música, y la usé como un collage para construir los temas… Todo se fue acomodando, la poesía oscura de Barkosina y su entrega performática le dieron narrativa a mis composiciones abstractas”. Ese cruce entre abstracción sonora y poesía terminó de moldear la identidad del grupo.
Ellos mismos entienden su recorrido como un pacto artístico y vital. En Tales of Psychofonia lo describieron así: “Nuestro recorrido es una canción de amor, igual que nuestro primer tema en Death & Leisure, ‘We operate on each other’. Tenemos una conexión poderosa con la música que nos gusta… Cada uno también trae un bagaje fuerte en las artes: Jerome en la música y Barkosina en las artes teatrales”. Esa raíz escénica marca la intensidad de sus presentaciones.
El sonido de Years of Denial se nutre del industrial desde un ángulo social y político. Como afirmaron en El Garaje de Frank: “La música industrial es significativa por su trasfondo social y político. Respetamos mucho la historia del industrial, y creemos que la influencia viene de la gente de clase trabajadora que pasaba sus días en fábricas, lidiando con ruidos extremos y maquinaria”. Ese respeto por los orígenes obreros atraviesa discos como Suicide Disco, señalado en Elektrospank como una de sus obras más potentes: “Suicide Disco es sin dudas uno de sus trabajos más destacados, capturando una mezcla única de sonidos industriales bailables y texturas cargadas de emoción”.
En su discurso aparece siempre la tensión entre lo atmosférico y lo rítmico. Según destacaron en Elektrospank, “hablan seguido de la tensión entre lo atmosférico y lo bailable, y cómo esa tensión es un terreno fértil para su creatividad”. Esa dualidad se refleja en sus shows: “Lo que me parece muy interesante es cómo en vivo logran trasladar esa atmósfera oscura sin perder intensidad, incluso cuando el público espera algo más convencional”.
El proceso creativo también se ata a los espacios. En Tales of Psychofonia contaron: “El proceso para el disco fue muy orgánico y emotivo, escrito y producido en una casa de campo rodeada de paisajes vacíos y un cielo infinito”. Y en El Garaje de Frank agregaron: “El silencio constante y la inmensidad se nos metieron bajo la piel y afectaron nuestra percepción del mundo exterior”.
Su mensaje es tan directo como radical. En palabras de Tales of Psychofonia: “No hacemos música para escapar. Hacemos música para recordarte qué es el dolor, qué es un corazón roto, qué es la sangre, qué es la muerte, qué es la pérdida, qué es la memoria… La gente baila en la oscuridad”. Una declaración que condensa la esencia de Years of Denial: canciones que no alivian, sino que confrontan.
Esa visión también atraviesa lo artístico: “Nuestro oficio es entretener, somos depredadores culturales y sin arte nos secamos” (Tales of Psychofonia). Y si algo los distingue es la honestidad: “Nuestra música es honesta, visceral y funciona mejor cuando enfrenta al oyente con lo que normalmente intenta evitar”.
En definitiva, como ellos mismos sintetizan, “convertimos el escenario en un espacio ritual, un lugar donde el dolor, la belleza y la oscuridad pueden convivir sin máscaras”.
