Casi 9 millones de personas en Argentina trabajan sin estar registradas. No tienen aportes, cobertura médica ni derechos básicos.
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Representan el 42% del total de trabajadores ocupados del país, según datos de un nuevo informe de Argendata, un sitio de estadísticas laborales de FUNDAR.
El problema afecta especialmente a quienes se ganan la vida por su cuenta: el 62% de los cuentapropistas no está en blanco.
Entre los asalariados, la informalidad es un poco menor, pero igual preocupante: llega al 36%. También hay un 20% de pequeños patrones que no está anotado en el sistema previsional.
La situación varía mucho según la actividad. En trabajos como la construcción, el campo, la gastronomía o el servicio doméstico, más del 60% de los empleados no están registrados.
En cambio, en rubros como el petróleo, la minería o los servicios profesionales, la informalidad es muy baja, por debajo del 15%.
También hay grandes diferencias según la zona del país. En provincias del Norte como Salta, Tucumán o Santiago del Estero, más de la mitad de los asalariados están en negro.
En esas regiones hay menos empresas, baja producción industrial y muchas actividades que se manejan por fuera del sistema.
La situación mejora en la Ciudad de Buenos Aires y en la Patagonia. En lugares como Santa Cruz, Tierra del Fuego o Neuquén, la informalidad es menor al 20%, gracias a industrias grandes, sueldos más altos y más control en el empleo.
El trabajo en negro no es algo nuevo, pero en los últimos años volvió a crecer.
En los ‘80 afectaba al 27% de los asalariados. Subió fuerte después del 2001, bajó en la primera década de los 2000 y volvió a subir desde 2015 hasta hoy.
Nota en desarrollo.
