La crisis económica y la consecuente caída del consumo han empujado a una parte significativa de los argentinos a una dramática estrategia de supervivencia: el endeudamiento dentro del círculo íntimo.
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Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora periódicamente el INDEC, publicada este martes, durante el primer semestre de 2025, el 22,5% de los hogares de bajos ingresos tuvo que recurrir a préstamos de familiares o amigos simplemente para cubrir los gastos diarios y sostener el hogar.
Esta necesidad se reduce, pero sigue siendo relevante, en la clase media (13,3%) y alta (8,3%).
El crédito formal, sólo para la cima de la pirámide
El informe subraya una fuerte disparidad en el acceso al crédito:
| Clase de Ingresos | Fuente de Endeudamiento Primaria |
| Bajos Ingresos | Amigos y Familiares (22,5%) |
| Altos Ingresos | Bancos y Entidades Financieras |
Históricamente, los momentos de mayor endeudamiento se canalizaban a través de la banca formal. Sin embargo, en un contexto actual de salarios estancados y alta informalidad laboral, el acceso al sistema financiero se ha reducido desde 2020, evidenciando que el crédito formal está disponible solo para aquellos con garantías y solvencia.
En promedio, si bien el 16,1% de los argentinos necesitó asistencia bancaria, un porcentaje apenas menor (14,2%) acudió directamente a su entorno más cercano para subsistir.
Ahorros liquidados: 4 de cada 10 hogares en rojo
El panorama se agrava con otro dato revelador de la EPH: un contundente 40,8% de los hogares argentinos afirmó haber utilizado ahorros o vendido pertenencias durante la primera mitad del año solo para afrontar los gastos corrientes.
Esta desesperada "liquidación de activos" se concentra abrumadoramente en los sectores con menos margen de maniobra:
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Bajos y Medios Ingresos: Constituyen la gran mayoría de los hogares que se vieron forzados a desarmar sus reservas o vender bienes para cubrir el consumo diario.
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Altos Ingresos: En marcado contraste, este sector recurre, cuando lo necesita, al endeudamiento formal con bancos, no a la liquidación de sus ahorros.
En pocas palabras: si tienes plata, vas al banco; si no la tenés, le pedís a tu primo. La crisis es una prueba de fuego para los lazos familiares.