El panorama laboral formal mostró signos de marcada contracción a mediados de 2025. Solo en agosto de ese año, los registros de la Secretaría de Trabajo indicaron la pérdida de empleo formal para 11.229 individuos. Esta tendencia, lejos de revertirse, parece haber continuado su curso en septiembre, donde la Encuesta de Información Laboral (EIL) estimó un nuevo retroceso en el empleo privado registrado (-0,1%). Se configura así una secuencia de ocho meses de declive, con la única salvedad de un modesto repunte (+0,1%) observado en el mes de junio.La población total con una ocupación registrada se cifró en 12.844.725 personas en agosto. De este total, 10.051.165 corresponden a la categoría de asalariados registrados (abarcando el sector privado, el público y el servicio doméstico), mientras que 2.793.560 son trabajadores independientes (monotributistas y autónomos).
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El empleo asalariado en su conjunto experimentó una disminución de 12.604 puestos, un fenómeno que se reflejó en todas sus esferas: una caída del 0,2% en el sector privado, 0,1% en el sector público y otro 0,1% en el trabajo en casas particulares.
El segmento más sensible, el empleo asalariado en el sector privado, quedó establecido en 6.204.252 personas, lo que implica una reducción de 10.600 trabajadores en el mes. Una mirada más amplia revela una pérdida acumulada de 27.000 trabajadores desde el inicio de 2025, y un retroceso mucho más profundo de 181.512 puestos en comparación con noviembre de 2023.
El equilibrio del trabajo Independiente
A contramano de la tendencia asalariada, el trabajo por cuenta propia exhibió un ligero crecimiento de 1.800 personas. Este incremento se explica, fundamentalmente, por la incorporación de 5.500 nuevos adherentes al monotributo. Sin embargo, la salud de este sector no es uniforme, pues se observaron reducciones en el régimen de autónomos (-2.800 personas) y en el monotributo social (-900 aportantes).
Al analizar la dinámica por rama de actividad, el informe pinta un panorama de desigualdad sectorial: nueve sectores experimentaron una disminución en su dotación de personal, dos se mantuvieron en niveles estables y solo tres lograron mostrar un incremento.
Los nichos que consiguieron expandir su plantilla fueron la Pesca (con un crecimiento notable del 6,1%), la actividad de Hoteles y restaurantes (0,2%) y el Suministro de electricidad, gas y agua (0,2%). Los sectores de Enseñanza y Transporte, almacenamiento y comunicaciones mantuvieron su estabilidad laboral.
Por otro lado, entre las actividades que debieron reducir personal, las más afectadas fueron la Intermediación financiera (-0,7%), la Explotación de minas y canteras (-0,6%), la Construcción (-0,5%), las Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (-0,3%), las Industrias manufactureras (-0,3%) y los Servicios comunitarios, sociales y personales (-0,2%).
La persistencia del declive
En una comparación que remite a agosto de 2024, el empleo asalariado general mostró una merma del 0,4%, lo que equivale a la desaparición de 37.100 puestos de trabajo. Esta caída se distribuyó de la siguiente manera: el sector asalariado privado retrocedió 0,2% (11.100 personas menos), el sector público registró una baja del 0,5% (15.900 empleos menos) y el servicio doméstico experimentó el declive más pronunciado, con un 2,3% (10.200 personas menos).
El Informe contextualiza el fenómeno, señalando que “a partir de septiembre de 2023 el empleo formal en el sector privado comenzó una etapa de destrucción neta del empleo, una tendencia que se acentuó durante el primer trimestre de 2024, con una caída mensual promedio de 0,4%".
No obstante, el mismo documento introduce un matiz de esperanza y decepción: "a partir de abril de 2024 la contracción del empleo comenzó a moderarse, y en el tercer trimestre de 2024 la caída se detuvo. Ya en el cuarto trimestre de 2024, comenzó una recuperación moderada, con una tasa de crecimiento del 0,1% mensual". Lamentablemente, esta recuperación fue parcial y de corta duración: "durante los primeros cinco meses el empleo se estancó, alternando leves subas y bajas mensuales, pero manteniéndose en niveles similares a los de diciembre de 2024. Finalmente, en los últimos tres meses (junio a agosto de 2025), el empleo volvió a registrar variaciones mensuales negativas”.