Este domingo, los ciudadanos chilenos se enfrentan a un balotaje electoral altamente polarizado, con una decisión clave entre un postulante de ultraderecha y una candidata afiliada al Partido Comunista.
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José Antonio Kast, representante del Partido Republicano,es el gran favorito para triunfar en la segunda vuelta, un resultado que se basa en el claro vuelco ideológico hacia la derecha evidenciado por el electorado en la primera ronda del 16 de noviembre.
Su contricante, Jeannete Jara, se presenta como la heredera política del presidente saliente, Gabriel Boric. Durante su campaña, Jara intentó distanciarse del mandatario cuyos niveles de popularidad fueron en descenso. Además, procuró proyectar una imagen ideológica moderada para calmar las preocupaciones del electorado independiente sobre su militancia en el Partido Comunista, el sector más radicalizado de la amplia coalición gobernante.
Fuentes cercanas al proceso electoral indican que Kast ganará las elecciones, y que la única variable pendiente es la cantidad de votos nulos. Las proyecciones sugieren que será la elección en que la derecha tendrá más votos en toda la historia de Chile y, al mismo tiempo, será la elección con más votos nulos y blancos de toda la historia.
Panorama electoral y agenda de los chilenos
Cinco millones de votantes están convocados a participar en estos comicios, donde el voto es obligatorio por primera vez en este proceso.
En la primera vuelta, Jara lideró con el 26,84% de los sufragios, seguida de cerca por Kast, con el 23,94%. Sin embargo, es crucial notar que otros tres candidatos de centroderecha y derecha sumaron un 45% del total, lo que significa que siete de cada 10 votos se inclinaron por opciones de centroderecha o derecha.
El porcentaje de Kast se estima entre 60/40% a 55/45%. Observadores señalan que la cantidad de votos nulos determinará el resultado final, ya que muchos chilenos han declarado que no están conformes con ninguno de los candidatos de la primera vuelta.
El amplio favoritismo de Kast se sustenta en la baja popularidad de Boric, quien no es elegible para la reelección tras cuatro años de mandato. Su índice de aprobación cayó drásticamente poco después de asumir el cargo, estabilizándose en torno al 30 por ciento, en un reflejo de los errores iniciales y las preocupaciones sobre la seguridad y la economía.
Las medidas sociales aprobadas durante el gobierno de Boric, como el aumento de pensiones y salarios, la gratuidad de la salud pública para los ciudadanos más pobres y la reducción de la semana laboral a 40 horas, no lograron revertir el descontento.
Actualmente, la principal inquietud de los chilenos es el incremento de la violencia y la migración, factores a los que asocian el aumento de la inseguridad. Un sondeo reciente reveló que el 64% de los chilenos percibe la violencia como su mayor preocupación.
Aunque los índices de criminalidad han descendido, Chile registró 6 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2024, una cifra mayor que la de Argentina (3,8). La irrupción de la banda criminal venezolana Tren de Aragua es señalada por muchos votantes de Kast como la causa principal del aumento del narcotráfico y el crimen.
En este contexto, ha crecido la xenofobia dirigida a la comunidad venezolana (estimada en unas 730.000 personas). El discurso de mano dura de Kast, centrado en la seguridad fronteriza y la promesa de expulsar masivamente a 300.000 extranjeros indocumentados, ha sido fundamental para consolidar el apoyo de la derecha más dura. Ante esta situación, cientos de migrantes sin documentos intentaron abandonar el país por la frontera peruana, lo que llevó al gobierno de ese país a militarizar el área limítrofe.
En respuesta a la crisis de seguridad, Jara presentó el Plan Chile Seguro, que propone el levantamiento del secreto bancario para rastrear el financiamiento del narcotráfico, fortalecer las instituciones policiales, y utilizar tecnologías avanzadas como drones e inteligencia artificial para la vigilancia. En cuanto a la migración, Jara planteó una “regularización acotada” para extranjeros sin antecedentes criminales, con vínculos familiares y empleo formal.