La Fiscalía General de Brasil pidió que se refuerce la vigilancia policial en la casa del expresidente Jair Bolsonaro, debido a la existencia de un "riesgo concreto de fuga". Bolsonaro se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria desde el 4 de agosto en el marco de un proceso judicial por haber liderado un intento de golpe de Estado contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En un documento enviado al ministro del Supremo Tribunal Federal, el juez Alexandre de Moraes, la fiscalía "considera oportuno recomendar que la policía despliegue equipos de respuesta a emergencias permanentes para el monitoreo en tiempo real".
La medida fue solicitada por el líder del Partido de los Trabajadores del presidente Lula en la Cámara baja, Lindbergh Farias.
Días antes, la Policía Federal informó que el expresidente violó las restricciones impuestas por la Justicia y contactó a otros acusados y se comunicó por WhatsApp. Además, se encontró un borrador de 33 páginas con un "pedido de asilo político" al presidente Javier Milei alegando una "persecución política", fechado días después de que se iniciara la causa en febrero de 2024.
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La Corte Suprema de Brasil ordenó la prisión domiciliaria a Jair Bolsonaro
A principio de agosto, Jair Bolsonaro volvió a chocar con la Justicia brasileña. Esta vez, la Corte Suprema decidió ponerlo bajo arresto domiciliario.
La medida fue ordenada por el ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF).
Según su resolución, el expresidente violó de forma reiterada las medidas cautelares impuestas en la causa por el intento de golpe de Estado.
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El STF sancionó a Bolsonaro con arresto domiciliario por desafiar a la Justicia
El hecho que desató la sanción ocurrió el domingo. Bolsonaro participó, vía video, en una manifestación en Copacabana, Río de Janeiro.
Esa intervención estaba prohibida. El material fue difundido por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, aunque fue eliminado poco después.
Para Moraes, no se trató de un descuido. El juez consideró que se trató de una acción “ilegal” y “consciente”, destinada a alentar a sus seguidores y seguir presionando a la Corte.
En su fallo, sostuvo que Bolsonaro produjo “material prefabricado” para mantener el hostigamiento a la STF y así obstaculizar las investigaciones.
Por esa desobediencia, las nuevas restricciones son severas. Tendrá que usar una tobillera electrónica. No podrá recibir visitas, salvo abogados y personas autorizadas por el tribunal. Y su teléfono celular fue incautado.
Lejos de admitir responsabilidades, Bolsonaro buscó victimizarse. Recibió el apoyo de Donald Trump, quien denunció una “caza de brujas” en su contra.
