Los datos no dejan lugar a dudas: los precios de los alquileres aumentan por encima de la inflación, dejando atrás la capacidad de pago de trabajadores, jubilados y jóvenes que buscan independizarse. Cada mes, acceder a una vivienda en la ciudad es más difícil.
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Un informe publicado por la Subsecretaría de Atención a Inquilinos de la Municipalidad de La Plata reveló que los aumentos en el primer trimestre del año superaron holgadamente la inflación. En enero, los alquileres subieron un 8,9%, frente al 2,2% del Índice de Precios al Consumidor (IPC); en febrero, 6,5% contra 2,4%; y en marzo, 5,3% frente al 3,7% del IPC. Solo algunos monoambientes y casas pequeñas escaparon parcialmente a esta tendencia.
Las cifras son alarmantes: en marzo, el alquiler promedio de un departamento de dos ambientes en La Plata se ubicó en casi $397.000, cuando el Salario Mínimo, Vital y Móvil fue de $292.446. Es decir, alquilar cuesta el 136% del salario mínimo. Para un jubilado que cobra la mínima, el alquiler implica el 114% de su ingreso mensual. Incluso un maestro de primaria debe destinar el 68% de su sueldo a alquilar un dos ambientes, y los trabajadores estatales bonaerenses no están mucho mejor: usan el 57% de su salario para pagar un alquiler promedio.
Los valores se disparan aún más en otras tipologías: los monoambientes promedian $294.229, las unidades de tres ambientes alcanzan los $507.843, y las casas superan fácilmente los $600.000 mensuales. En paralelo, la mayor parte de la oferta se concentra en el casco urbano (87,1%) y en unidades de uno o dos ambientes (68%), reflejando una demanda altísima de espacios pequeños.
El panorama es claro: alquilar en La Plata no solo es difícil, sino que empieza a ser directamente inviable para buena parte de la población. Mientras los ingresos suben a cuentagotas, el mercado inmobiliario no para de empujar hacia arriba y profundiza una crisis habitacional que exige respuestas urgentes.
