Luego de más de seis horas de intenso debate, el Senado puso punto final al debate por la Ley de Ficha Limpia. Contra todo pronóstico, la iniciativa fue rechazada por un estrecho margen, lo que provocó su inmediato archivo al perder estado parlamentario. El resultado dejó boquiabiertos a propios y ajenos: 36 votos a favor y 35 en contra, apenas un voto por debajo de los 37 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta exigida para su aprobación. Así, un solo voto cambió el destino de un proyecto que había generado fuerte expectativa tanto en la opinión pública como en el arco político.
Los Perdedores: algo se rompió entre el PRO y La Libertad Avanza
La diputada Silvia Lospennato (PRO), principal promotora del proyecto, había llegado a los estudios de TN con la expectativa de coronar su esfuerzo con una victoria legislativa. Pero apenas dos minutos después del comienzo de su participación televisiva, la vicepresidenta Victoria Villarruel anunció que la iniciativa había sido rechazada. La imagen de Lospennato pasó de euforia a furia en segundos. “Hay gente que entiende que es necesaria una Cristina en la cancha”, acusó, apuntando directamente a sectores del gobierno libertario.
Desde el oficialismo libertario, sin embargo, el presidente Javier Milei intentó despegarse del resultado adverso, calificando el rechazo como “lamentable”. Su entorno también reaccionó con fuerza: desde la Oficina del Presidente se emitió un comunicado denunciando que algunos senadores habían actuado movidos por “intereses personales y partidarios”, y no por el bien del pueblo. La narrativa libertaria se enmarcó rápidamente en el ya clásico eslogan: “Es kirchnerismo o libertad”.
Los libertarios también descargaron su frustración contra los senadores misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, quienes votaron en contra del proyecto. El jefe del bloque oficialista, Ezequiel Atauche, denunció presiones y maniobras internas: “Nos dijeron que teníamos los votos y a último momento se dieron vuelta. Es indignante”.
El desconcierto alcanzó incluso a las filas del PRO, donde algunos insinuaron que el fracaso fue consecuencia de una venganza del exgobernador misionero Carlos Rovira, molesto con el armado electoral liderado por Karina Milei en la provincia. El senador Alfredo De Angeli expresó su frustración con claridad: “Parecía que teníamos los 38 votos. Alguien tiene que dar una explicación”.
Los Ganadores: El Peronismo, Cristina Kirchner y la democracia
En el otro extremo del espectro político, el bloque de Unión por la Patria celebró la caída del proyecto con abrazos, sonrisas y manifestaciones públicas. Las senadoras Alicia Kirchner y María Eugenia Duré fueron vistas festejando en el recinto, mientras José Mayans, Oscar Parrilli y Wado de Pedro también mostraban su satisfacción.
Desde las redes sociales, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, se sumó a la celebración. “En Argentina no van a volver a proscribir al peronismo. Aguante Cristina”, escribió, evocando también la figura de Eva Perón en el día de su natalicio.
En el debate parlamentario, la senadora Juliana di Tullio defendió la postura peronista con vehemencia, calificando la iniciativa como “inconstitucional” y contraria a tratados internacionales. “Están proscribiendo a una persona inocente. Claudican el poder político ante el Poder Judicial”, denunció.
Más temprano el Senador Wado de Pedro había sido contundetne en sus redes al sentenciar: "Es contra Cristina y contra el peronismo. Con Ficha Limpia pierde la democracia y el pueblo argentino."
Conclusión
El rechazo del proyecto Ficha Limpia no sólo frustró a sus impulsores, sino que evidenció tensiones internas entre el PRO y La Libertad Avanza. Mientras tanto, el peronismo capitalizó el resultado como una victoria política y simbólica, reafirmando su respaldo a Cristina Kirchner. La disputa sobre el alcance de la “limpieza” política promete continuar, con nuevas batallas en el Congreso y en el terreno electoral.