Un dictamen reciente de la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo de San Martín sentó un precedente fundamental para la protección ecológica. La resolución asesta un golpe significativo a la expansión urbanística sin control de Nordelta, una medida que ha resultado en la protección inmediata de los carpinchos que habitan la zona.
Los magistrados Jorge Saúlquin y Luciano Enrici restablecieron la medida cautelar que resguarda a los carpinchos y el ecosistema de humedal asociado. Esta victoria legal genera incomodidad en numerosos residentes que edificaron sus lujosas viviendas sobre la mayor área de humedal de la provincia de Buenos Aires.
De esta forma, la decisión judicial no solo detiene el modelo de desarrollo inmobiliario que convirtió el humedal en un lucrativo negocio, sino que también censura las prácticas de control y manejo que, a lo largo de los años, sometieron a los carpinchos a maltrato y experimentos sin sustento científico.
El tribunal rechazó categóricamente las acciones implementadas por el barrio privado Nordelta, que incluían desde cercos electrificados hasta castraciones químicas no autorizadas. La abogada Nora Nouche, en representación de la Asociación Vecinal Ecodefensa Nuevo Delta, celebró este dictamen como un paso trascendental hacia la justicia ambiental.
Prohibiciones clave del fallo judicial
El fallo judicial impone una serie de prohibiciones estrictas destinadas a asegurar la supervivencia de los carpinchos y la conservación del hábitat del humedal:
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Restricción de Métodos Experimentales: Quedan vetadas las castraciones químicas y otras prácticas experimentales. Solo se autorizarán procedimientos que cuenten con el aval de la autoridad ambiental provincial, como vasectomías o esterilizaciones bajo protocolos veterinarios rigurosos y controlados.
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Suspensión de Fumigaciones Dañinas: Se prohíben las fumigaciones con agroquímicos perjudiciales, salvo en casos de estricta necesidad por razones de salud pública y siempre bajo estándares de aplicación rigurosos.
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Veto a Obras que Comprometan el Ecosistema: No se permitirá la ejecución de rellenos, drenajes o cualquier infraestructura que altere los lagos, costas o la vegetación autóctona en zonas no consolidadas.
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Paralización de Nuevas Fases Urbanísticas: Cualquier plan de expansión debe contar obligatoriamente con un Estudio de Impacto Ambiental Acumulativo y garantizar la participación ciudadana.
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Remoción de Elementos Violentos: Se ordena el retiro de cercos electrificados y cualquier otra medida agresiva contra la fauna. La convivencia debe implementarse mediante estrategias que respeten el equilibrio ecológico y la fauna nativa.
Este dictamen transmite un mensaje contundente: los intereses de índole económica no pueden primar sobre el bienestar ecológico y la biodiversidad argentina. Así, Nordelta, que hasta ahora simboliza un desarrollo urbanístico sin regulaciones, deberá ajustar sus operaciones a las normativas que garantizan el respeto por los ecosistemas que ocupa.
La defensa de los carpinchos es, en esencia, una defensa de la continuidad de nuestros humedales, elementos vitales para el equilibrio planetario y la vida. Esta victoria judicial representa una esperanza para aquellos que sostienen que el desarrollo económico es posible en armonía con la conservación ambiental.