En el marco de su regreso a Sudamérica, Marduk, la icónica banda de Black Metal, vuelve a la Argentina este 2025.
El conjunto se presentará el sábado 1 de noviembre en Uniclub para celebrar los 35 años de "Panzer Division", su más aclamado disco, tocándolo en su totalidad más sus clásicos de siempre.
Las entradas ya están a la venta en la web de AlPogo en este enlace y en tienda NoiseGround, Engendro y Locuras.
Con más de tres décadas a cuestas, Marduk sigue siendo una fuerza fundamental del black metal extremo. Su presente artístico, marcado por la gira europea y el álbum Memento Mori, reafirma su vínculo con la muerte, la historia y una ética inquebrantable.
“Memento Mori — recuerda que debes morir”, dispara Daniel Rostén. “Un recordatorio dirigido a todos, jóvenes y viejos por igual. Y sí, no se puede negar que la muerte se vuelve más tangible con el paso de las estaciones, ya que, como es lógico, reside en la naturaleza más básica de las cosas.”
Ese vínculo con la finitud no es una pose estética: es el eje desde el cual articula su obra. “El mundo real ya es lo suficientemente oscuro, sombrío y retorcido como para satisfacer nuestros deseos mórbidos con relativa facilidad”, asegura. “Los mundos imaginarios no me hacen demasiado efecto hoy en día — de hecho, nunca lo hicieron.”
La banda no necesita reinventarse ni acomodarse a nuevas modas. “Siempre dije que Marduk no necesita reinventarse. Evolucionamos, sí, pero sin traicionar el núcleo de lo que nos hace quienes somos”, afirma Rostén. “Nunca entendí por qué tantos artistas… pierden inspiración, pasión o empuje… mientras que yo, en cambio, siento que me muevo en la dirección opuesta — constantemente pensando en nuevos riffs, letras, ideas visuales o lo que sea.”
Esa obsesión artística tiene raíces históricas y filosóficas: “La historia está impregnada de tragedia, de horror, de misticismo. Aquellos que no son completamente ignorantes de la historia significativa saben, por supuesto, que este tema inspiró y gustó no solo a nosotros, sino a todo el género desde su misma infancia.”
En el escenario, la música de Marduk toma una dimensión ritual. “Tocar en vivo sigue siendo un ritual. Cuando estoy en el escenario, me conecto con algo que va más allá del sonido, más allá del público. Es guerra espiritual”, asegura Rostén. Y lejos del desgaste, refuerza: “Cada álbum que hacemos es una pieza más en el altar. Nunca hacemos nada a medias. No hay espacio para la complacencia.”
La lógica que sostiene al grupo está atravesada por una convicción feroz. “Dije muchas veces que la disciplina es clave. Uno no mantiene una carrera de más de 30 años en el black metal por accidente. Es dedicación, incluso obsesión”, declara Rostén. “Lo mejor del black metal es que nunca se trata de complacer. Se trata de convicción. Si perdés eso, perdés todo.”