Durante el primer año y medio de la gestión del presidente Javier Milei, 18.083 empresas cerraron en la Argentina, lo que equivale a un promedio de 30 cierres por día. En ese mismo período, se perdieron 253.728 puestos de trabajo registrados en el sector privado, es decir, 416 empleos menos por día.
Los datos surgen de un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), elaborado a partir de información oficial de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). El estudio abarca el período comprendido entre noviembre de 2023 y julio de 2025 y ofrece un panorama detallado del deterioro productivo y laboral bajo la actual administración.
Pymes en crisis: el 99,8% de las bajas empresarias
El informe destaca que la destrucción del entramado productivo afecta principalmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), responsables de generar la mayor parte del empleo privado formal en el país.
Según el CEPA, el 99,8% de la reducción de empleadores correspondió a empresas con hasta 500 trabajadores. Este grupo perdió 4.472 firmas en 19 meses, lo que representa una caída del 2,7%. En contraste, las compañías de mayor tamaño —más de 500 empleados— registraron solo siete cierres, aunque el retroceso porcentual fue del 1,2%.
Sectores más golpeados por la recesión
El sector Transporte y Almacenamiento encabeza el listado de los rubros más afectados, con 4.468 empleadores menos. Le siguen Comercio mayorista y minorista (-3.131), Servicios inmobiliarios (-2.829), Profesionales científicos y técnicos (-1.952) y Construcción (-1.737).
La Construcción fue también el sector con mayor destrucción de puestos de trabajo, con 83.803 empleos menos, seguido por:
- Administración Pública: -75.435 puestos
- Transporte y Almacenamiento: -55.259 puestos
- Industria Manufacturera: -49.738 puestos
- Servicios profesionales, científicos y técnicos: -16.256 puestos
Caída del empleo registrado y aumento de la precarización
El informe advierte que la pérdida de empleadores se traduce directamente en una caída del empleo privado registrado. A su vez, el retroceso del trabajo formal impulsa el crecimiento del empleo informal y la precarización laboral, sobre todo en las economías regionales y en los rubros vinculados a la construcción y el comercio minorista.
El CEPA subraya que el impacto de la crisis empresarial tiene un efecto dominó sobre proveedores, contratistas y pequeños comercios, afectando la cadena de valor y el consumo interno.
Un escenario de contracción sin precedentes
Para el centro de estudios, la magnitud del retroceso no tiene antecedentes recientes. “La destrucción de empresas y puestos de trabajo registrada desde diciembre de 2023 constituye una de las más pronunciadas de las últimas dos décadas”, señala el documento.
El informe concluye que la política económica actual, basada en el ajuste fiscal, la apertura importadora y la caída del poder adquisitivo, generó un contexto recesivo generalizado que amenaza la sustentabilidad del aparato productivo nacional.