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Claves para entender qué está sucediendo con el dólar

El nivel de vida de los argentinos se ha erosionado fuertemente en los últimos años y la falta de respuesta no hace más que agravar la situación socioeconómica.

Viernes, 05 de agosto de 2022 a las 15 14,

Por Natalia Motyl

Viernes, 05 de agosto de 2022 a las 15 14,

No es novedad que el nivel de vida de los argentinos se ha erosionado fuertemente en los últimos años. Somos uno de los cinco países del mundo liderando el ranking de inflaciones más altas. Con el paso de los años, cada vez vivimos peor. Lamentablemente, la falta de respuesta por parte de todo el espectro político no hace más que agravar la situación socioeconómica.

El salto del dólar blue no ha hecho más que contribuir a dicha pauperización. Lo cierto es que, cada vez que el dólar blue es noticia, los argentinos nos hacemos cada vez más pobres. Esto se explica por:

  • Falta de una moneda sana
  • Nivel alto de passthrough
  • Brecha cambiaria elevada

En primer lugar, no existe tal cosa como un amor profundo al dólar sino un terror absoluto al peso. Como el gasto público en % al PBI se ha incrementado en más de 20 pp. en los últimos 20 años, se ha recurrido a la inyección monetaria que ha terminado por corroer el valor de nuestra moneda. Hoy el peso no cumple una de sus funciones básicas, que es la de reserva de valor, porque la sucesión de gobiernos no ha hecho más que garantizar la manutención de sus intereses por sobre las del resto. Por lo tanto, los argentinos se refugian a activos más seguros como es el dólar.

Por otro lado, como el nivel de passthrough es el más alto de la región latinoamericana, es decir, el impacto de un salto en el tipo de cambio sobre los precios, la aceleración inflacionaria se da de forma casi inmediata. Cuando los desequilibrios macroeconómicos son persistentes generan estas mutaciones microeconómicas que afectan el comportamiento de los agentes hacia la mayor flexibilidad.

Además, la brecha cambiaria, que actualmente llega al 140%, hace que los precios de la economía terminen respondiendo al dólar blue y no al oficial. Bajo un contexto de repentina subida de los dólares paralelos, una de las primeras reacciones de los argentinos es: hay que comprar dólares y remarcar el precio o esperar a que el mercado se estabilice antes de vender. Los desequilibrios macroeconómicos generaron mutaciones microeconómicas y una preferencia de los argentinos hacia la flexibilidad. Por ende, ante cualquier cambio abrupto en alguna de las variables, reaccionan de forma rápida.

Vayamos a los datos. El salario promedio en nuestro país, neto de impuestos, está entorno a los US$177 si tomamos un dólar a $300, el salario de un docente en US$275, el de un policía en US$401 y el de un médico en US$443. En tanto, en Uruguay ese un médico cobra US$1.240 y en Brasil en US$2.062. El sueldo de un policía en Chile asciende a US$803 y en Ecuador en US$933. Por último, el sueldo de un docente en Perú está en US$653, un 138% más que en nuestro país.

Obviamente, uno se preguntará cuánto es que es posible comprar con esos US$177. Lamentablemente, alrededor del 40% de un sueldo promedio se va a satisfacer las necesidades más básicas. Mientras que, ese ratio asciende a la mitad en muchos de esos países. Claramente, alimentos e indumentaria fueron los rubros que más subieron y eso impacta negativamente sobre la calidad de vida de una sociedad empobrecida.

El nivel de vida de los argentinos se ha deteriorado en un 41% en los últimos 10 años. Estos datos los podemos sacar de las fuentes oficiales.

Más específicamente, en términos mensuales, el poder adquisitivo de los trabajadores registrados en la Argentina se ha corroído en 0,6% en abril en relación a marzo con respecto a la Canasta Básica Total (CBT) y en 1,0% con respecto a la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Para calcularlo se utilizan los datos oficiales publicados por el INDEC mensualmente de Índice de Salario y Canasta Básica. De esta forma, se deflactan los salarios de los trabajadores argentinos por la canasta básica. Mismos datos que se utilizan para calcular la línea de pobreza e indigencia. Así, tendremos una forma de evaluar de forma mensual si el nivel de bienestar de los argentinos ha mejorado o se ha deteriorado. Para abril observamos que los argentinos se han acercado tanto a la línea de pobreza como a la línea de indigencia.

Más allá de que en alguno de los meses puede ser que el poder adquisitivo de los salarios haya mejorado; lo cierto es que la corrosión que han sufrido por la aceleración de la inflación fue catastrófica. Es más, desde que comenzó el año el salario ha perdido poder de compra con respecto a la CBT en un 4,6% y en 6,6% con respecto a la CBA. Podemos aventurarnos que en el primer cuatrimestre del año se han incrementado tanto la cantidad de pobres como de indigentes.

Y todavía no hemos pasado el invierno, para finales de año estamos proyectando un dólar a $400 y una aceleración de la inflación rozando el 80%, en el mejor de los escenarios. Estos números se van a encrudecer bajo un contexto en el que muchos de los sectores claves, generadores de empleo, están teniendo dificultades para llevar adelante sus actividades económicas por las restricciones para importar insumos básicos y el shock energético.

Muy probablemente cerremos el año con niveles más altos de pobreza e indigencia de los últimos años, por lo que habrá que transitar meses difíciles para toda la Argentina.

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