El Ministerio de Economía y el Banco Central de la República Argentina (BCRA) intensifican las negociaciones para concretar un préstamo REPO con entidades bancarias internacionales por un monto de u$s2.000 millones. La operación, que alcanzó su fase definitiva en las últimas 48 horas, surge como una estrategia de financiamiento alternativa frente a la demora del Fondo Monetario Internacional (FMI) en ratificar la última revisión del año y liberar el desembolso pendiente de u$s1.050 millones.
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La arquitectura financiera del préstamo prevé un plazo de entre uno y dos años, utilizando como garantía colateral bonos soberanos Bonares 2035 (AL35) y 2038 (AE38). Esta inyección de divisas impactará directamente en las reservas brutas del BCRA, permitiendo al equipo económico gestionar los compromisos financieros de enero sin la presión de los tiempos del organismo multilateral.
Condiciones técnicas y costos del financiamiento
La operación se perfila bajo parámetros de mercado específicos que buscan reducir el costo del capital para el país:
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Tasa de interés: Se estructuraría bajo una tasa variable atada a la referencia SOFR, con un diferencial (spread) estimado entre los 500 y 700 puntos básicos.
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Costo efectivo: Se estima que el interés anual superaría el 9%, una cifra que, si bien es elevada, resulta competitiva frente a lo que implicaría una colocación directa en el mercado voluntario de deuda.
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Objetivo estratégico: Fortalecer el balance de la autoridad monetaria para evitar presiones sobre el tipo de cambio en un escenario de reservas netas negativas.
A pesar de la búsqueda de este crédito externo, el presidente Javier Milei buscó llevar calma a los mercados al ratificar la solvencia del programa financiero inmediato. “Estamos más que cubiertos, tenemos la plata para pagar enero, febrero y todo el primer trimestre”, afirmó el mandatario, descartando cualquier tipo de asfixia de caja para el inicio del año.
En sintonía con el jefe de Estado, el ministro Luis Caputo remarcó que la obtención del REPO no responde a una urgencia de liquidez, sino a una política de previsibilidad. “Estamos cómodos, tenemos los fondos necesarios para pagar toda la deuda de enero, febrero y marzo sin ningún tipo de problema”, sostuvo el titular de Hacienda. Según la visión oficial, este refuerzo de divisas permitirá profundizar la tendencia a la baja del riesgo país, que actualmente oscila los 600 puntos básicos, y asegurar la estabilidad macroeconómica mientras se aguarda la normalización del flujo con el FMI.