Las dificultades económicas de las familias siguen creciendo día a día en la gestión de La Libertad Avanza, este viernes, el Banco Central dio a conocer el informe de bancos correspondiente al mes de julio, y reveló que la morosidad en las familias en el pago de deudas alcanzó el 5,7%.
Se trata del índice de morosidad más alto desde que la autoridad monetaria comenzó a medir esta variable, desde enero de 2010. En junio la cifra había alcanzado el 5,1%.
Hay dos líneas que resaltan entre las de mayor morosidad: las deudas originadas en préstamos personales y las de tarjetas de crédito. En el mes de julio, la morosidad en préstamos pasó del 6,5% al 7,3%, mientras que en el segundo se verificó un aumento desde el 4,9% al 5,3%.
En los préstamos prendarios también se pudo registrar un incremento en el índice de morosidad, aunque mucho más leve: pasó del 3,7 al 3,9%. En cuanto a los créditos hipotecarios, no hubo variaciones y escaparon a la tendencia al alza: mantuvieron una tasa de irregularidad baja e incluso menor a la de junio (0,9% vs 1% el mes anterior).
Distintos analistas señalan que el incremento de índice de morosidad, se debe principalemente a la caída de los ingresos reales de la mayoría de la población y al freno que sufre la actividad económica en los diferentes sectores.
Mientras las tasas de interés se mantienen altas, las tasas por mora hacen incrementar significativamente el capital adeudado, por lo que las familias enfrentan un escenario cuesta arriba.
Préstamos para empresas
Otro de los sectores analizados por el BCRA en su informe es el de préstamos para empresas. Aquí la morosidad en julio fue del 3,2%, más del doble en comparación con el último mínimo de 1,5% alcanzado en octubre del año pasado.
Aunque a un ritmo mucho menos significativo, la morosidad en este segmento también viene subiendo. Entre junio y julio se observó una suba desde el 1,1% al 1,2%, con ajustes particulares en créditos prendarios y financiamiento vía adelantos y documentos.
Sin embargo, vale destacar que, entre el 14 de julio y el 18 de agosto, la tasa nominal anual (TNA) de los adelantos se disparó desde el 31% al 93%. Por ende, no sería sorprendente que los datos de agosto vengan con peores datos en el segmento empresarial.
"Los adelantos en cuenta corriente a empresas continuaron su tendencia decreciente y acumulan una contracción de casi $1 billón (-10,6%) desde el 10 de julio. La caída de los saldos de financiamiento responde a la dinámica de las tasas que se triplicaron y amenazan con poner en riesgo las cadenas de pago de sostenerse en estos niveles durante mucho tiempo", había señalado la consultora C-P en un informe publicado el mes pasado.
Dicho descalabro fue acelerado a partir del giro en la política monetaria implementada por el Gobierno, que pasó un esquema de agregados monetarios en el cual busca fijar la cantidad de dinero de la economía y no el precio (es decir, la tasa).
En ese marco, las dificultades del equipo económico para canalizar el dinero de los bancos y la creciente presión sobre la demanda de dólares, con un BCRA sin acumulación de reservas, abrieron un escenario de fuertes incrementos en los retornos en pesos desde fines de julio.
Luego de ese fuerte ascenso inicial, el costo del endeudamiento de las empresas llegó a ubicarse por debajo del 50%, aunque en los últimos dos días hábiles parecería estar rebotando de nuevo ante la gran inestabilidad cambiaria.
En el caso de los préstamos personales la TNA ya venía elevada, desde hace prácticamente un año en la zona del 70%. Aun así, en los primeros días de septiembre se llegó a ver un retorno superior al 85% y actualmente el porcentaje está cerca del 80%.