Este lamentable episodio no es un hecho aislado. De acuerdo con un reciente informe elaborado por la ONG Defendamos Buenos Aires, con el respaldo de la consultora Javier Miglino y Asociados, se han registrado al menos 20.000 casos de estafas bancarias en lo que va del año. Las víctimas, provenientes de diversos sectores sociales, se concentran principalmente en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense.
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El reporte, basado en investigaciones judiciales de la Justicia Nacional de Instrucción en lo Criminal y de tribunales provinciales de zonas como Lomas de Zamora, Quilmes, La Matanza, Morón, Moreno, San Martín, San Isidro y La Plata, señala que el botín estimado de estas estafas asciende a 2.000.000 millones de pesos, equivalente a cerca de dos millones de dólares.
Las organizaciones criminales, integradas por ciudadanos venezolanos, colombianos, peruanos y argentinos, operan a través de múltiples canales digitales: WhatsApp, Instagram, Facebook y correos electrónicos falsos que simulan comunicaciones oficiales para captar a sus víctimas.
El testimonio de una víctima
"Hace pocas horas, nuestra amiga y reconocida artista Silvina Garré sufrió una estafa telefónica devastadora. Le extrajeron datos personales mediante una llamada engañosa, y cuando intentó acceder a sus cuentas, ya no quedaba un centavo. Incluso accedieron a sus correos electrónicos, comprometiendo no solo su información, sino también la de sus allegados", relató Javier Miglino, abogado especializado en criminología y director de Defendamos Buenos Aires.
Recomendaciones ante la falta de seguridad
Miglino también reflexionó sobre la debilidad del sistema financiero argentino para proteger los ahorros de los ciudadanos. "En Argentina, no existe seguridad bancaria suficiente como para confiar los ahorros de toda una vida a un simple clic", advirtió.
Además, criticó la falta de respuesta por parte del sistema y enfatizó que, frente al avance de estas bandas delictivas, resulta fundamental volver a prácticas tradicionales: "Lo viejo funciona. Lo que históricamente dio resultado en Argentina fue retirar los depósitos, cambiarlos a dólares y guardarlos en un lugar seguro. No es buena idea vincular cuentas bancarias con los teléfonos móviles. Cuando las bandas roban y vacían cuentas, los llamados 'mercados' desaparecen", señaló.
El circuito delictivo de los celulares robados
El abogado también expuso cómo operan estas bandas tras robar los teléfonos: “No van directamente a venderlos. Primero, acceden a los datos almacenados, extraen toda la información posible, solicitan créditos bancarios y solo cuando ya no queda nada por saquear, los dispositivos son vendidos en puntos conocidos de reventa, como las zonas de Cabildo y Mendoza (Belgrano), la calle Libertad (Tribunales) o avenida Pueyrredón (Balvanera)”.
Los llamados “celulares manchados con sangre”, como los define Miglino, reingresan así al circuito de robos, listos para generar nuevas víctimas.