Un equipo de especialistas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del Conicet anunció el hallazgo de una nueva especie de ictiosaurio, un reptil marino que surcó los océanos en tiempos de los dinosaurios. La criatura fue bautizada Eternauta patagónica, un nombre que combina ciencia y cultura: un guiño al legendario cómic de Héctor Oesterheld y Francisco Solano López, símbolo del viaje y la resistencia.
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El fósil fue descubierto en la Formación Vaca Muerta, al norte de Neuquén, y analizado en el Museo de La Plata. Los resultados, publicados en la revista Historical Biology, revelan que el ejemplar medía cerca de cinco metros de largo y tenía un cráneo de casi un metro, con ojos de 25 centímetros de diámetro que le permitían orientarse en aguas profundas y oscuras.
“El anillo óseo que rodeaba los ojos indica que este animal podía bucear a gran profundidad y detectar presas con precisión”, explicó el paleontólogo Lisandro Campos, autor principal del estudio. Según detalló, su mandíbula estaba diseñada para moverse con rapidez, lo que le daba una ventaja decisiva como depredador.
Los investigadores estiman que el ictiosaurio cazaba peces y moluscos pequeños, y que su cuerpo, con forma hidrodinámica y aletas poderosas, lo convertía en un nadador veloz. Aunque no era un dinosaurio, compartió su era y su destino: ambos dominaron el planeta hasta su extinción.
“El nombre Eternauta patagónica simboliza un viajero del tiempo que emergió después de 150 millones de años para contarnos una historia del mar y del pasado”, expresó Campos.
El hallazgo refuerza el liderazgo del Museo de La Plata y de la comunidad científica argentina en el estudio de reptiles marinos del Jurásico y la reconstrucción de los ecosistemas que alguna vez cubrieron la Patagonia.
