La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) publicó un informe que confirma la presencia marcada del fenómeno de “isla de calor urbano” en distintos puntos de la ciudad. Se trata de un proceso derivado de la sustitución de vegetación por materiales como hormigón, asfalto y techos, que retienen el calor y elevan la temperatura ambiente.
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El trabajo fue dirigido por la geógrafa María Inés Botana y se basó en el análisis de imágenes satelitales Landsat. Los resultados mostraron diferencias térmicas de hasta 10 grados entre áreas urbanizadas y espacios rurales, lo que evidencia la función clave de la cobertura vegetal en la regulación del clima urbano.
El estudio identificó un mapa desigual dentro del partido: en el norte —zonas como Gonnet, City Bell, Villa Elisa y Gorina— la densidad edilicia, las veredas angostas y la escasez de arbolado generan mayores niveles de calor. En contraste, en el sur, donde conviven quintas, canteras, áreas productivas y barrios cerrados, la presencia de vegetación reduce las temperaturas.
Para Botana, el fenómeno debe ser incorporado al ordenamiento territorial y a las políticas públicas de la ciudad. “Comprender el funcionamiento de los ecosistemas urbanos es indispensable para planificar ciudades más sustentables y resilientes”, señaló.
El informe concluye que enfrentar este desafío exige una articulación entre el conocimiento científico y la gestión estatal, con el objetivo de avanzar hacia un modelo de urbanización que proteja la salud, el ambiente y la calidad de vida de los platenses.
