Un brote de infecciones graves vinculado al uso de fentanilo contaminado en el Hospital Italiano de La Plata dejó un saldo devastador: al menos nueve pacientes murieron y otros tantos permanecen en estado crítico. La tragedia encendió todas las alarmas en el sistema de salud argentino y movilizó a las autoridades sanitarias, que ya tomaron medidas urgentes para contener el impacto y prevenir nuevos casos.
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Frente a la gravedad del episodio, la comunidad sanitaria argentina expresó una profunda preocupación, especialmente por el riesgo que representa una falla de esta magnitud en la cadena de producción de medicamentos críticos como el fentanilo. El hecho pone en cuestión no solo los controles en la elaboración de fármacos, sino también los mecanismos de trazabilidad y fiscalización.
¿Qué pasó?
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) clausuró preventivamente dos plantas farmacéuticas: HLB Pharma Group S.A. (San Isidro) y Laboratorios Ramallo S.A. (provincia de Buenos Aires), responsables de la elaboración y distribución de las ampollas implicadas.
Según confirmó la ANMAT mediante la Disposición N°3158/2025, el lote 31.202, con vencimiento en septiembre de 2026, estaba contaminado con bacterias altamente resistentes: Klebsiella pneumoniae productora de MBL y Ralstonia pickettii. Ambos microorganismos pueden causar infecciones letales, como neumonía grave, sepsis y shock séptico.
El foco inicial se detectó en el Hospital Italiano de La Plata, donde al menos 18 personas desarrollaron cuadros infecciosos severos tras recibir fentanilo inyectable. La Justicia Federal, a cargo del juez Ernesto Kreplak, ya investiga el caso para determinar responsabilidades penales.
¿Qué es el fentanilo y para qué se utiliza?
El fentanilo es un opioide sintético de altísima potencia: entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina, y 50 veces más que la heroína. En medicina, se lo emplea exclusivamente en contextos hospitalarios y bajo estricta supervisión médica. Está indicado para tratar dolores intensos, como los que presentan pacientes oncológicos o quienes atraviesan posoperatorios complejos.
Su uso, por su potencia y riesgo de sobredosis, requiere un control riguroso. En Argentina, solo puede administrarse con prescripción médica y en instituciones autorizadas.
El gran riesgo a nivel internacional es el fentanilo fabricado ilícitamente, que suele mezclarse con otras sustancias y se comercializa en el mercado negro por su bajo costo y efecto adictivo. En países como Estados Unidos, esta droga está en el centro de una crisis sanitaria sin precedentes: se estima que provoca más de 1.500 muertes diarias por sobredosis.
Alerta sanitaria y necesidad de respuestas
La tragedia en La Plata pone en evidencia los riesgos de fallas en la producción y control de medicamentos esenciales. El sistema de salud no solo debe dar respuestas inmediatas a las víctimas, sino revisar a fondo los procesos regulatorios y reforzar los mecanismos de control.
Desde diversos sectores médicos y científicos se insiste en la necesidad de una revisión urgente del sistema de fiscalización de fármacos, así como en la creación de protocolos de alerta temprana que puedan detectar anomalías antes de que escalen en crisis como esta.
Hoy, mientras se investigan las causas y se intenta contener el daño, el sistema sanitario argentino enfrenta un llamado de atención contundente: garantizar la seguridad de los medicamentos no es solo una cuestión técnica, es una responsabilidad ética con cada paciente.
