El Gobierno nacional anunció este lunes la segunda etapa del plan de licitaciones para privatizar rutas y autopistas, un proyecto que busca transferir la gestión y el mantenimiento de más de 1.800 kilómetros de red vial al sector privado.
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La medida fue presentada por el ministro de Economía, Luis Caputo, en medio de reclamos que se repiten desde distintos sectores por la falta de inversión estatal en infraestructura y el parate de obras nacionales.
Caputo aseguró que el objetivo es “modernizar la infraestructura vial y cuidar los recursos de los argentinos”, en alusión a la decisión del Gobierno de reducir el gasto estatal en mantenimiento y obras.
Según el ministro, el esquema busca atraer capitales privados para administrar y financiar la red nacional de autopistas.
Se lanzó la segunda etapa del plan para concesionar rutas y autopistas nacionales.
La iniciativa forma parte de la llamada Red Federal de Concesiones, que en total abarca más de 4.400 kilómetros divididos en ocho corredores viales del centro del país.
Caputo agregó que, con este esquema, “más de 1.800 km pasarán a ser gestionados por el sector privado”, y sostuvo que el objetivo es “reemplazar un modelo deficitario por uno transparente, competitivo y sin subsidios del Tesoro”.
En esa línea, remarcó que el Ejecutivo busca “tener una infraestructura vial más moderna, alentando a la inversión privada y cuidando los recursos de los argentinos”.
La iniciativa contempla dos tramos principales: Tramo Sur–Atlántico–Acceso Sur, de 1.325 km, que abarca las rutas nacionales 3, 205 y 206 y las autopistas Riccheri, Newbery y Ezeiza–Cañuelas.Tramo Pampa, de 547 km, correspondiente a la ruta nacional 5, entre Luján y Santa Rosa.
En esta ocasión, solo dos de los ocho tramos serán puestos a licitación, mientras el Gobierno avanza con los pliegos para los restantes sectores.
Desde la administración nacional recordaron que en junio pasado se realizaron las audiencias públicas correspondientes para todos los tramos, con el fin de “garantizar la participación ciudadana” antes de la adjudicación.
Cómo fue la primera etapa
La primera parte del plan se concretó a comienzos de octubre, cuando se recibieron siete ofertas para dos corredores viales: el Tramo Oriental y el Tramo de Conexión, que abarcan las rutas nacionales 12, 14, 135, A-015, 117 y 174 (Puente Rosario–Victoria).
En total suman 741 kilómetros que atraviesan Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes.
El proceso se realizó bajo la modalidad de concesión con peaje, dentro de la licitación 504-0007-LPU25, a cargo de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía. Participaron firmas como Autovía Construcciones, Roggio, Panedile, Obring y Coyserv, entre otras.
Un punto clave fue el financiamiento del BICE, que ofreció créditos por hasta 56 mil millones de pesos —o el 70% del contrato— con tasa UVA +2% y un año de gracia.
Desde el Gobierno remarcaron que con este esquema “son los capitales privados los que invierten y el Tesoro ahorra recursos”. Pero el modelo también traslada el costo al usuario y relega el rol del Estado en la gestión de la red vial.