La visita de Javier Milei a Mendoza, una de las principales paradas en su campaña para las elecciones del 26 de octubre, terminó dejando una sensación agridulce.
Si bien el presidente se encontró con una multitud de manifestantes que rechazaban su gestión, también recibió el respaldo de unas 3.000 personas que lo recibieron con euforia, en un clima de mucha tensión.
Desde el mediodía, cuando aterrizó en el aeropuerto de Mendoza, el mandatario estuvo rodeado por un amplio operativo de seguridad.
En respuesta a las crecientes protestas que ya se venían dando en varias ciudades del país, el presidente fue casi "aislado" por las fuerzas de seguridad.
Acorralado por las protestas, Milei realizó una breve caminata por Mendoza
El plan original de Milei era recorrer el centro de la ciudad para acercarse a la gente. Sin embargo, el intento duró apenas 10 minutos ya que el centro se llenó de mendocinos con cánticos en contra del gobierno.
A pesar de este panorama, no todo fue negativo para el presidente, ya que cientos de personas se concentraron en la peatonal, donde Milei pasó brevemente y le dieron su apoyo.
Su caminata, que parecía comenzar con la chance de generar un contacto cercano con los mendocinos, se redujo a una rápida aparición. La camioneta blindada en la que viajaba el presidente apenas logró avanzar por la calle Primitivo de la Reta.
El presidente, que se encontraba con su hermana Karina y Luis Petri, se bajó del vehículo en un intento por acercarse a la gente. Acompañado por un fuerte dispositivo de seguridad, caminó algunos metros entre la multitud. Pero, la situación se desbordó rápidamente
La mezcla de manifestantes que protestaban contra su gobierno y los seguidores que lo alentaban hizo que su avance fuera casi imposible.
En ese momento, la policía intentó contener a la marea de gente, pero la tensión creció y Milei se vio obligado a subir nuevamente a una camioneta, donde continuó intentando comunicarse con los mendocinos.
Desde allí, tomó un megáfono y pidió calma a la multitud, buscando devolverle el control a la situación: “Les pido que no bajen los brazos”, dijo con firmeza.
Y luego, con tono más reflexivo, agregó: “Es importante que tomemos conciencia de que estamos en un momento bisagra en la historia argentina. Momento de elegir si queremos seguir el camino en el que baje la inflación, la pobreza y la indigencia, con salarios cada vez más altos, o volver al modelo comunista del pasado que nos fundió.”
A pesar de los esfuerzos de Milei por conectar con los mendocinos, el caos siguió. La multitud se agitó más y los incidentes menores se multiplicaron, en medio del escándalo narco que recae en los libertarios.
Así, la caminata por la peatonal Sarmiento, que era la gran promesa del día, se tuvo que cancelar. El presidente se vio rodeado de manifestantes y, finalmente, su intento de recorrer las calles no pudo ser, una vez más.